He ido a alquilar un coche a Sixt y he notado un acento extraño en la empleada. Me gusta saber de dónde provienen las personas que me atienden. ¡Mira, me hace gracia! La chica me ha acompañado al parking de la Rambla para mostrarme donde tenía que coger el coche y me ha dicho que era de Ucrania. He exclamado: «¡Hostia!». Ella ha contestado: «esperaba que le gustase el vehículo, pero no tanto». Se ha reído. «No, no, si la exclamación de admiración viene por su país. Sois grandes: habéis escogido un humorista como presidente. «Chapeau». La chica ha continuado hablando de cosas políticas de su país, pero yo ya me he imaginado en la Moncloa con una corbata roja con un nudo doble Widsor y un pin amarillo. Woody Allen empezó escribiendo columnas divertidas y Mary Santpere trabajó en un circo, ¿Por qué no me tendrían que escoger a mí de presidente del Gobierno de Españñña? ¿Partido? ¡Ah, claro! Osti, ahora no sé de qué coalición sería, porque estoy como Girauta, que ha pasado por más partidos que Gento y Zamora juntos. ¡Pero si ya tengo uno! ¿Os acordáis? Se llamaba @RiemUnits y la última vez que miré la cuenta de Twitter tenía 9 militantes, que eran al mismo tiempo ministros de mi gobierno. ¡Qué nombre más apropiado para un partido con un presidente humorista! Claro que Marianico & Gazpacho sí que eran unos cracks (onomatopeya de cuando te abren la cabeza).
Nada más llegar a la Moncloa, lo primero que haría sería contrata a Jair Domínguez de secretario y Elisenda Carod de jefa de prensa. Haría jefe de protocolo al Toni Albà y de jefe de Interior alguien como el Buch… ¡Ah! Ya lo sé, Ignatius Farray. Pero me faltaría en encargado de las finanzas del Estado… ¿Quién podría ser?