Ya sabéis que soy un periodista a quien no se le escapa nada, excepto los buenos trabajos de periodista. Trabajo en casa con cuatro pantallas, vigilando la actualidad informativa. Controlo si una rata gigante se ha comido a un campesino en Tailandia o si un descerebrado ha ido a atracar una oficina de CaixaBank y se ha encontrado un Apple Store. Quim Monzó me dijo un día que se inspiraba mucho en los recortes de prensa que llevaba dentro de una carpeta de gomas. A mí me pasa lo mismo. Una noticia dice que un conductor y su señora decidieron dar una cabezadita mientras su Tesla conducía de forma autónoma a 150 km/h. La policía, al ver un vehículo vacío (estaban tumbados en los asientos reclinados), pensaron que era una ganga poner una multa, porque el propietario no presentaría ningún recurso. Otro titular decía «Cómo trabajar después de una noche de insomnio», y enseguida he pensado si el autor del artículo debía ser el conductor del Tesla. Atando temas encuentro que «La Policía Nacional desarticula un punto de venta de armas en un club de alterne». ¡Mira, Quim! Ya tengo el relato completo, porque en un puticlub no se acostumbra a dormir. La duda que me queda es si la noche de insomnio había llevado al conductor del Tesla a dormir dentro del coche autónomo o si fue el policía quien se encontró el coche cuando iba al club. Bien, como criminalista deduzco que: el conductor iba con una prostituta a quien había recogido en el puticlub donde se había comprado una pistola para atracar una Apple Store de Bankia. Evidentemente, no estaba echando una siesta, sino que yacía con la Jenny y cargaban la batería del coche. Perdonad, oigo una ambulancia y cruzan mi jardín dos hombres con batas blancas.