Esta mañana, después de comprobar que no había pasado nada en casa de Mainat, he visto en el buzón un talón de 185 euros de mi editor. Al ingresarlos en el Apple Store/CaixaBankia el director me ha dicho: «Escucha, deja los libros y hazte youtuber. ¡Se forran!». Me ha hablado de una señora que hace unbolsing de la compra, del Bertín Osborne, el Chicote… Total, que me he animado, he comprado una cámara, un micrófono bueno, unos focos… y he reconvertido una habitación que había pensado como picadero, pero que en veinte años no ha entrado ni un caballo. Mi idea: grabar los mandamientos delante de la cámara y empezar a mirar concesionarios Hummer.
He enchufado el micrófono. He visto que entraba bastante luz por la ventana de la habitación. Me he peinado la barba y me he rociado con aquella colonia Mistery del Mercadona de 1 euro el bote. He carraspeado un par de veces y he pulsado el REC. Cuando iba a hablar han sonado al unísono el perro de un chalet de la plaza de La Salle, la sierra de la carpintería de abajo y un niño que se pudo salvar de Herodes. Cuando han callado, ha sonado el timbre: era el del gas. Tres minutos después, la cartera para que le abriese la puerta. He vuelto a apretar el botón rojo del REC, he sonreído a la cámara y ha pasado una nube que ha dejado la habitación con menos luz que Isabel Ayuso. He cerrado la ventana, he encendido los focos, he salido a la ventana a gritarle al perro, he llamado a la carpintería, he insultado a la cartera, he matado al niño, le he metido una patada al micro y se han roto los focos. Completamente sudado y con los ojos como Arrimadas iba a tirar la cámara por la ventana cuando he visto que se estaba grabando todo. He colgado el video y ya llevo ganados 185 euros. ¡Coñe, lo mismo que pone en el talón del editor!