Me gustaría hacer aquí un serio análisis de las elecciones norteamericanas, pero, lo siento, no tengo ni idea. Dejo la crítica para los periodistas muy y mucho importantes. Lo único que sé es que quiero que pierda Trump, a quien desearía que en otra vida los separasen de sus hijos pequeños ante un muro y que lo persiguiese la policía con una pistola en la mano. Pero, específicamente porque acabo de oír por TV3 a un hijo de puta de Filadelfia que dice que Floyd no lo mató un policía, sino las drogas. Voy a hacerme una tila y vuelvo.
Sí que es verdad que he estado dos veces en los Estados Unidos, en 1987 y 2003, pero no sé qué piensan los americanos porque siempre me han hablado allí en castellano. En agosto de 1974 cuando Paquito el chocolatero todavía inauguraba pantanos, mi padre me dijo que si me quería quedar a ver la tele, que el presidente de los Estados Unidos haría un discurso. Y allí, ante una Telefunken en blanco y negro oí a Richard Nixon diciendo «see you later, Lucas». Quizás me viene algo de vocación periodística de esa noche, y también de cuando vi al General Prim a caballo por la calle Monterols de camino al ayuntamiento de Reus por aquellas fechas.
Ya sabéis que estoy estudiando en la URV y me hace gracia oír hablar de la noche del debate de presidentes norteamericanos, de la fiesta que hicieron hace unos meses en la Flash y que uno de los alumnos se ha comprado un Seat León. He pensado que en el fondo nada ha cambiado: yo me compré un Seat 850, hacía fiestas en la Flash y también veía los debates entre Carter y Reagan. Ah, se me olvidaba, también recuerdo como Vendrell, Madí y Oriol Soler quedaban en un bar de Washington, el «Tathito’s», donde tramaban el asesinato de Kennedy.