Tribuna
La ley Celaá en mi barrio, Bonavista
Secretària executiva d’Organització del PP de Tarragona
En los años 60, fruto de la inmigración surge el barrio de Bonavista. Barrio de familias que dejaron atrás su origen en busca de trabajo. Una de las muchas carencias estructurales del barrio era la enseñanza, y fue entonces cuando Don Faustino (párroco del barrio), llamando a muchas puertas consiguió erigir una escuela de primaria, el colegio de Nuestra Señora de Lourdes. El colegio ofrecía al barrio servicios sociales tales como Teleclub, lugar de recreo, esplai, catequesis, reuniones reivindicativas de vecinos, encuentro de mujeres, reuniones sindicales… siempre tenía sus puertas abiertas. Además se impartían cursos de formación para jóvenes.
Muchos de los alumnos que acababan sus estudios obligatorios no tenían acceso a los centros de Formación Profesional que había en Tarragona, porque estaban saturados, y Don Faustino consiguió las ayudas necesarias para iniciar la Formación Profesional, la Escola Joan 23, en 1969. La escuela fue creciendo con el dinamismo del barrio y la enseñanza se reforzaba con actividades deportivas, culturales, sociales y de ocio. Siempre alerta a los cambios de la sociedad la escuela se adelanta en la obligatoriedad del aprendizaje en catalán e impulsa la informática en 1985. En 1991 un grupo de Hermanos Maristas acepta colaborar con la escuela. En 2003 se convierte en el primer centro de Tarragona que consigue la Certificación de Calidad ISO 9001/2000. En 2005-06 se inicia el Aula de acogida, que sirve para introducir mejor a los alumnos que llegan a Bonavista con desconocimiento total de la lengua y cultura catalanas. En el año 2011 la escuela pasa a formar parte de la Fundació Sant Fructuós.
La escuela ha ido creciendo y adaptándose a los cambios del sistema educativo y actualmente son 1600 los alumnos que estudian en el centro y 160 trabajadores entre docentes y personal. Excepto la Universidad, se puede acceder a todas las etapas educativas: Jardín de Infancia, Infantil, Primaria, ESO, Bachillerato, DUAL, Formación Profesional para jóvenes y adultos de forma presencial y online; dispone de Bolsa de Empleo, Orientación, Formación en empresas (más de 100 convenios), Movilidad/Erasmus+, Asesoramiento y reconocimiento. También han sido muchas las remodelaciones, reformas y nuevas construcciones que se han llevado a cabo y que han convertido las instalaciones de la escuela en espacios adaptados a las necesidades del alumnado. Actualmente la Escola Joan 23 tiene en marcha proyectos de Voluntariado y Solidaridad como Bons Amics; Recogida de leche para el comedor social de Bonavista, estrecha colaboración consiguiendo pasar de 300 menús diarios a 550; Recogida de alimentos; Cena solidaria de maestros y trabajadores en Navidad; Helado solidario en primavera; Hermanamiento con la Diócesis de Trujillo (Honduras): Aula compartida y proyecto Estella.
Han sido muchos los alumnos que hemos pasado por la Escola Joan 23, no sólo del barrio de Bonavista, sino también de la Canonja, Barris de Ponent, del centro, de Llevant, de Reus, Vila-seca y otras muchas poblaciones cercanas. Y digo hemos, porque yo tuve la suerte de estudiar durante 5 años Administrativo en sus aulas. Tuve la suerte de conocer a personas (directores, profesores, personal de administración, personal de limpieza, conserjes…), felices con su trabajo, personas que formaban parte de una gran familia, personas que nos escuchaban y que nos transmitían valores, personas que pensaban que para formarnos bien era importante nuestro estado de ánimo y hacían lo imposible por conocernos y ayudarnos a superar los obstáculos que nos impidiesen avanzar en la vida. En la página web de la escuela se puede leer La (su) visión general: ser un referente en educación, que busca la excelencia, con un fuerte compromiso con el alumno, su família y la acción social.
La Escola Joan 23, no sólo es y ha sido un referente en la Formación Profesional, ha sido sin duda un referente en acción social. Desde los inicios de la educación en Bonavista, la escola Joan 23 ha realizado una labor social indiscutible, con los más pequeños del barrio, con los adultos, con familias sin recursos, pero sobre todo con los jóvenes, muchos de los cuales no habríamos tenido un futuro claro si no hubiésemos tenido la oportunidad de estudiar en el centro. Gracias al empeño de Don Faustino, y al esfuerzo de todas las personas que han pasado por la escuela, los alumnos hemos aprendido, no sólo conocimientos, sino mucho más, y hemos hecho crecer nuestro barrio siempre solidario y luchador.
¿Y todo esto por qué lo explico? Porque la recién aprobada Ley de Educación ha dejado al margen y no ha incluido en su negociación a la enseñanza concertada. Tal y como recoge un manifiesto que gran diversidad de entidades y colectivos ciudadanos de docentes, familias y titulares de centros han redactado: «La hostilidad que manifiesta la LOMLOE hacia la enseñanza concertada crea un escenario de desigualdad de oportunidades para las familias que desean una enseñanza plural asequible a todos». Provocando que centros como la escola Joan 23 de Bonavista, no pueda seguir ofreciendo su gran labor educativa y social, o incluso que llegue a desaparecer.
La aprobación de una ley de educación (la LOMLOE) sin el consenso de todos; una ley que para su redacción ha excluido a una parte importante que supone el 30% de la educación en España (el 50% en la ciudad de Tarragona), la educación concertada; una ley que promueve la restricción de derechos y libertades ciudadanas y que atenta contra la pluralidad de nuestro sistema educativo, limitando a los padres la libre elección de centro para sus hijos; una ley que conduce a los actuales centros de educación especial a su desaparición; una ley que suprime el castellano como lengua vehicular en la enseñanza; una ley que elimina el examen de oposición al cuerpo de inspectores de educación, dejando que sean las Autonomías quienes nombren «a dedo» a sus inspectores, una medida que permitirá a los gobiernos autonómicos presionar política e ideológicamente a profesores y escuelas; una ley que pretende el control político de la educación; no es motivo de vanagloria.