Ya sabéis que tengo el mismo conocimiento de política que de cómo hacer viable económicamente una granja de caracoles, pero me pagan por opinar. Don Salvador llegará a Cataluña como Don Quijote, a luchar acompañado de Sancho Panza contra los molinos del independentismo. Por todos los rincones veo declaraciones diciendo que el nuevo Cid acabará con el dragón del proceso como si fuese Harry Potter. Pero, aunque se parezca al niño de la peli, no creo que con su varita mágica consiga nada. No entiendo de qué manera se puede acabar con un movimiento así si no es como todos sabemos, pero, como si tuviesen almorranas, les da pereza poner remedio a la cosa en una mesa.
El lunes, cincuenta personalidades del mundo de los derechos humanos, la cultura y la política firmaron un manifiesto pidiendo liberar a los presos políticos. Por otro lado, el presidente del Quebec gritaba a todos los micrófonos su petición en favor de los presos políticos. Eso ayuda mucho a demostrar lo enorme progresistas que somos. Sí, ya lo sé, hay países donde todavía decapitan, pero hay otros donde no encarcelan. No me atrevía a pronunciarme porque no soy un personaje ni del mundo de la cultura, ni de la política, ni de los derechos humanos, sólo un «personaje». Pero cuando he visto que Yoko Ono ha firmado, ahora ya sí, ahora me pronuncio en favor de que se acabe la represión. Creo que Pedro Picapiedra y Pablo Mármol deberían ir a comer unos entrecots de brontosaurio con los fiscales. Eh, que son gente divertida y no obedecen órdenes de nadie. Perdonad, que me llaman. Es Salvador Illa que pregunta -por si la cosa va malamente- si sé como hacer viable una granja de caracoles.