Estos días no dejan de hablar del sueño golpista de cuatro idiotas salvapatrias. No lo entiendo. Si nos ponemos así, también podríamos hacer una celebración del glorioso y mierdoso alzamiento nacional del 36 y reactivar la paga extra del 18 de julio. Señores, estas cosas se tienen que olvidar y se han de recordar cuando conozcamos la versión «real» de lo que pasó. No somos niños en Disneylandia.
El 23F yo estaba haciendo la mili en el cuartel del Badajoz 26 que, curiosamente, no está en Extremadura, sino en Tarragona. Debía ser un juego, porque el Regimiento Tarragona 43 estuvo en Badajoz. En fin, quien decide eso debe ser el mismo que pone nombres a las operaciones policiales. Operación Magdalena: una incautación de «maría».
Pues aquella noche del 23F, los soldados acabamos como si hubiésemos vuelto una madrugada de marcha después de la discoteca, porque todos dormimos vestidos y con el arma en la mano. Sólo recuerdo que hablaban mucho de un tío italiano, de Milán, que se ve que vivía en el bosque. También un tal Gutiérrez, que debía tener problemas en los dientes porque le llamaban el Mellado, y un tal Tejero que cuarenta años después de gritar que todo el mundo estuviese quieto, salió en los medios gritando a los socialistas que estuviesen quietos. Se ve que era egiptólogo porque no quería que tocasen a Tutankamón. En cambio, no recordamos cosas importantes de ese día, como por ejemplo la programación de la tele. Emitían «El libro gordo de Petete», era un programa infantil donde se hablaba de la Constitución. También hacían «300 Millones», donde salía Juan Carlos. Y también emitían ese día un documental sobre el Watergate de Nixon, dedicado a las grabaciones de Villarejo. Ya veis que la tele de aquellos años era «muy actual».