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Tribuna

Una 'operación de Estado' para dar la presidencia de la Generalitat a ERC

PSC de Tarragona

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Si nos creemos la lógica del independentismo está en marcha una operación de Estado para convertir al candidato de ERC, Pere Aragonés, en president de la Generalitat. Poderes ocultos se confabulan para evitar que quien ha ganado las elecciones, Salvador Illa, sea president… Sí, sí, amigos y amigas, esto es lo que deben creer los dirigentes de ERC, Junts y la CUP si son mínimamente coherentes con lo que dijeron después de las elecciones municipales. Como recordareis el candidato de ERC fue el más votado en la ciudad de Barcelona en esas elecciones aunque por un margen estrechísimo, como reconoció el mismo, de menos de 5.000 votos (menos de un 1%) en relación a la segunda fuerza con más sufragios.

Pues bien, cuando el PSC y los Comuns iniciaron las conversaciones para formar un gobierno de progreso y de izquierdas en Barcelona los nacionalistas independentistas pusieron el grito en el cielo alertando que «una operación de Estado» intentaba evitar la victoria de quien «legítimamente ha ganado las elecciones y tiene el mandato democrático para gobernar».

El mismo señor Pere Aragonés –¡suprema ironía!– advertía que «algunos intentan conseguir en oscuros despachos lo que no han conseguido en las urnas».

Pues bien, quien debe estar ahora negociando en «oscuros despachos» para lograr lo que no le han dado las urnas debe ser él porque la candidatura del PSC liderada por Salvador Illa logró en las elecciones del 14-F 50.000 votos más que la de ERC.

Pero con la habitual doble moral que les caracteriza los líderes independentistas que defendían que debía ser alcalde de Barcelona aquel que tenía menos de 5.000 votos de distancia respecto al segundo –y que decir lo contrario era defender una presunta operación de Estado (sencillamente inexistente, por cierto)– ahora encuentran súper-democrático y razonable que el segundo ignore al primero aunque la diferencia sea superior a los 50.000 votos (23% de los votos el PSC, 21% de los votos ERC).

Cuando no les interesa todo es fruto de una operación de Estado y cuando les interesa se dedican a fantasear sobre una presunta «majoria aclaparadora del 80%» que quiere a Aragonés de president. ¡Qué cara!

No he visto todavía el twitt del señor Torra denunciando esta nueva operación del estado opresor para que el segundo sea presidente en detrimento del primero… Y ya me perdonaran la ironía.

La verdad es que a la hora de confeccionar narrativas tramposas son unos cracks. Este mismo domingo he escuchado a la presidenta de la ANC afirmar que «cada día somos más» y agitar el mito del «som més del 50%». Querida señora, si consulta los resultados oficiales y suma los votos de ERC, Junts y la CUP constatará que en estas elecciones el independentismo ha perdido la friolera de más de 700.000 votos. En estos momentos, en una sociedad de 7,5 millones de ciudadanos, con un censo electoral de 5,4 millones el independentismo (partidos sin representación parlamentaria incluidos) ha obtenido tan solo… 1,4 millones de votos.

Pero la misma ANC ha aprovechado las pancartas que agitaban el lema «som més de dos milions» por la nueva consigna «som més de 50%». ¿Saben por qué? Porque los dos millones, simplemente, han desaparecido. Pero como hay que estirar del chicle como sea, ahora ya tenemos un nuevo mito: «Som més del 50%». Y así todo…

Catalunya necesita el cambio que representa Salvador Illa. Sí, y no solo porque necesitamos como el aire que respiramos volver a tener un gobierno eficaz que dé estabilidad al país (lo más importante), sino también para que haya dirigentes políticos que nos traten como a personas adultas y no atribuyan a oscuras operaciones de Estado la intencionalidad que explique aquello que no les interesa.

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