No, tranquilos que no hablo del coleta. También os digo que no me cae mal y cuando trato con derechista siempre me hablan del chalé, de la criada ... pero no me dicen nada de cobrar comisiones del AVE o de encargar espionajes. Quizás soy muy inocente. Venezuela? Sí, un país muy bonito.
Vengo de la calle asfixiado porque me persiguen unos cartelitos que atan a las farolas últimamente. No, no es que huya de la foto del exministro Illa, la de la campaña electoral, que, por cierto, dicen que en alguna localidad que todavía está colgado. Me refiero a su foto, eh, que no quiero ir esposado en una furgoneta azul. Sería, por decir algo, como si fuéramos un verano en casa de Bárcenas, y todavía tuviese colgadas las bolas ... del árbol de Navidad del 2018. Tú dirías que las podía haber descolgado su mujer, pero es que también está en la cárcel. Está de moda últimamente, ya sabéis, media España está en prisión.
Pues tú eres un hombre que trabaja en casa y cuando sale es para ir a comprar un jamón al Área, o un entrecot a los Zamoranos, y como Tarragona es como un pueblo, no coges el vehículo. Así pasan los días y el parabrisas se vuelve un escaparate de papelitos de Compramossucoche.com, del Mister Magoo de turno que te adivinan el futuro, o una parroquia de luces rojas que han abierto recientemente. De repente, pasas con la bolsa de la compra y ves que han colgado mil carteles en la calle diciendo que, si entre el día 22 y 27 estás Pin y Soler aparcado, te caerán más multas que a un nudista en el Vaticano. Así que, si no podemos salir del municipio, ni tampoco pasear por la noche, ahora tampoco podemos aparcar cuando están podando. ¿El título? Es lo que le dice un jardinero a otro cuando ven un árbol frondoso.