¿Os acordáis de aquella encuesta de la Comisión Europea para eliminar el cambio de hora? ¿Como quedó? Debe de ser como aquel referéndum sobre la república que Adolfo Suárez reconoció que no se hizo porque lo hubiesen perdido. ¿Han dejado de preguntar porque siempre sale que no les gusta? ¿De qué me suena esto?
Sí, ya sé que los móviles y los relojes modernos ya saben que tienen que cambiar la hora ellos solitos, pero mi apetito o mi sueño no funciona con pilas. O sea, que nuestras necesidades biológicas deben adaptarse a las decisiones políticas. Cuando os estéis meando, coged un reloj y esperad una hora para ir al baño. ¿Qué? ¿Lo entendéis ahora? Si te levantas a las ocho, no es lo mismo que levantarte a las siete, no tienes la misma sueño. Y hay lugares, como Galicia, donde los coches pronto podrán circular a las once de la noche sin encender las luces.
Por otro lado (hoy me he levantado criticón) no sé si sabéis por qué tenemos la misma hora que la ciudad de Papá Noël, Rovaniemi, a 4.500 kilómetros. ¿No sería más lógico que nos hubiéramos adaptado a la de Lisboa o Londres que están más cerca? Pues no, al señor Francisco Franco le hizo gracia que tuviéramos la hora de Alemania y, claro, cambiar esto es complicado teniendo un gobierno de izquierdas. O, ¡calla! Ahora que lo pienso ... ¿No será que ERC no se pone de acuerdo con Junts por una cuestión relacionada con el cambio de hora? Quizá es que, como el Suárez, este nuevo referéndum que preparan es para preguntarnos de nuevo si queremos cambio de hora o no. De eso sí que nos dejarán hablar en el Parlament, ¿no? O, tal vez, como que es algo que puso «Paquito el chocolatero», también es intocable.