Lea en blanco y negro: 1978, mi amigo Francisco de Reus, su tío, taxista, y yo, subimos a esquiar a Andorra con un Seat 850 Coupé. Al bajar del coche resbalo en un charco helado y me corto la mano. Paso todo el día dentro del coche mientras mis acompañantes lo pasan teta. Dije que nunca más volvería a Andorra. Fin del tráiler.
En 1984 festejaba con una chica de Reus que era peluquera y mejor persona que yo. Pero, como el coletas, dejé la vicepresidencia. Diez años después, en 1994, disfrutando de otra relación formal poco vegetariana, decidimos ir en coche a Francia a pasar la Navidad. Al llegar a Andorra hicimos noche en el hotel Andorra Park, cerca de un centro comercial que seguro que conoceréis: el Pyrénées. La ilusión de cualquier pareja: no tener que cocinar, estar a pocos metros de decenas de boutiques con una tarjeta de crédito y no salir del dormitorio hasta las doce. Pero aquella noche un borracho me increpó y dije que ya no volvería a Andorra.
Comenzaba el año 2004 cuando, trabajando para El Terrat, Xavi Cassadó me dijo que me preparara, que me enviaban a hacer de guionista a una televisión extranjera. ¿Dónde estaba? Efectivamente, en Andorra. Lo que viene ahora no se lo pierdan. Era un programa que presentaba el Graset y yo hacía un papel cómico. La maquilladora que venía cada mañana a maquillarme era empleada de la peluquera de Reus del 1984, que se había casado con un andorrano. ¿Y donde dormía yo aquellas semanas? En la habitación donde había estado en 1994, en el hotel Andorra Park. Ayer puse el Telediario y decían que no puedes ir a Riudoms, ni a Valls, pero que puedes ir a Andorra sin justificación. ¡A la mierda!