Diari Més

Creado:

Actualizado:

Estaba en una terraza en horario permitido por la Santa Inquisición viendo horrorizado pasar gente joven por la plaza Cronista Sesé. Miraba los peinados de la juventud, con aquellas rapadas laterales y la mata superior, estilo discos Belter de Ella Fitzgerald en los sesenta. Ya en casa, he puesto el Youtube para ver el plenario municipal, fuente inagotable de ideas cómicas. Y me ha saltado un vídeo de aquellos que se reproducen automáticamente y he visto uno de esos pequeños imberbes, sentado en una silla con luces que hablaba como si se hubiera fumado un volante de empadronamiento. He pensado que era necesario un meteorito para acabar con una generación que lleva los pantalones caídos, un cinturón con una hebilla mayor que la cintura y que se saludan diciendo «Eh, ¿qué pasa?».

La suegra me ha dado unos muebles nuevos para la oficina, algo juveniles, pero eran gratis. Los estoy montando, pero se mueven más que un diputado de Cs. Cansado, he ido al Rofes, en Reus, a comer con un amigo que me dice «¿Te has adelgazado? Se te caen los pantalones» He entrado en un «chino »y he comprado un cinturón baratito con una hebilla gigante. Me duele la espalda y la mujer me ha dicho que, si paso tantas horas sentado, necesito una silla ergonómica, y me ha comprado el asiento del Apolo XII de color pistacho fosforito. He comprado un corta-pelo de la Phillips que para regular el tamaño del corte no hay manera de que vea el número, así que la he probado y me he hecho el canal de Suez sobre una oreja. Apa, todo rapado. Ahora soy un hombre de 60 años sentado en una silla de colores fosforitos, con unos auriculares con leds de colores, un cinturón con una hebilla enorme y que parece la Fitzgerald saludando por el zoom «Eh, ¿qué pasa?».

tracking