Hola, amigos, soy Coco. Hoy os explicaré cómo funcionan los peajes. Del sueldo que cobras a fin de mes, te sacan un dinero que va al Estado, que también se queda con unos dineros que la empresa paga por ti. Si compras una tele en MediaMarkt, pagas el IVA al Estado. Si recibes un dinero de tu padre que ha muerto, si vendes un piso o si te toca la lotería, ellos se quedan un mordisco. La hucha se va haciendo muy muy grande. Entonces, un día, cuando se tiene que hacer una carretera larga larga y debería pagar con esta hucha, no lo hacen porque encuentran más interesante que la haga una empresa y que cobre a los ciudadanos que han pagado los impuestos para hacer esa carretera y que siguen pagando para hacer carreteras. Así la hucha sigue llena porque no tienen que pagar a los señores que ponen el alquitrán. Cuando la empresa ha ganado ya mucho dinero, tiene que marcharse, y la carretera se queda para los ciudadanos, que ya no tendrán que pagar.
«¿Papa, papa, y por qué ahora dicen que hay que seguir pagando? ¿Y por qué en muchas zonas de España no hay que pagar?». «¡Calla, y no hagas preguntas impertinentes!». Por que el Estado construyó aquellas autopistas de la hucha. Pero, si la empresa no gana lo suficiente, le tenemos que pagar 1.200 millones. Entonces, ahora que la empresa ya se ha quedado con el dinero de los que pagan para hacer carreteras y para pasar por las carreteras, se deberá seguir pagando por qué no se quieren utilizar el dinero de la hucha para mantenerlas. «Así, papá, pagan para hacer carreteras, pagan para pasar por las carreteras durante cuarenta años y después continúan pagando para pasar por las carreteras y para mantener carreteras, ¿no?» «¡Cállate! ¡Eres un impertinente, Florentinito!»