Coge la libreta de los apuntes que hacemos examen. Primera pregunta: ¿Cuál fue el primer tren que circuló en España? ¡Tiempo! ¿Qué? Habéis gritado todos a la vez: «El Barcelona-Mataró!» ¡Suspendidos! El primer tren español circuló entre La Habana y Güines. Sí, amigos, Cuba era una provincia española, que se perdió. Ejem! Qué tos más tonta. Va, os aprobaré si leéis todo el artículo.
Ahora ha llegado Ouigo para hacer frente a los de Renfe en la alta velocidad. Si quieres que te diga la verdad, ya soy mayor y no tengo capacidad para retener estos nombres extraños: Yoigo, Avlo, Ouigo ... y por eso les digo «oigo» y así no es necesario que memorice siglas. Pues estos trenes baratos, que llegan en la mejor época para el negocio de los viajes, vienen de Francia. ¿Y cuánto hace que no teníamos una empresa «de picoteo» en nuestras vías? Pues desde el tiempo en que se redactó una constitución que no llegó a publicarse, en 1856… por que Fraga aún no había nacido, que si no ... ¡vaya si llega a la imprenta! Los hermanos Pereire, financieros galos, eran los propietarios de Caminos de Hierro del Norte de España, que recogió las migajas de los Rothschild, los alemanes del MZA, que habían construido más vías que Florentino, que sabe mucho de vías… para forrarse.
Pero diría que la Renfe no se ahogará el Sena. El martes, uno de estos convoyes baratitos del «oiga» se estropeó. ¡Ohhh! Pero, ¿qué ha pasado? ¿También tendremos faltas de puntualidad y divorcios con la señora catenaria en los trenes de la época liberal? Se ve que sí. Sabéis lo que dijo Sánchez «¿Y quién controla a la Fiscalía?». Pues yo tengo una inquietud: ¿Quién gestiona las infraestructuras? ¡No hay más preguntas, señoría!