Perdonad, pero, en general, somos una sociedad aferrada a costumbres y tradiciones fijas. Me casaré sin ceremonia ni convite y tendré hijos cuando me jubile. Cuando digo esto, se ponen las manos en la cabeza y me miran con mala cara. ¿Como vas a ser escritor si no has leído? ¿Qué te han invitado a la llotja del Barça y has dicho que no? ¿Periodista de coches y no tienes coche? ¡Y se parten el culo! ¿Güisqui antes de comer? ¿No te gusta el tomate en el pan? ¿No haces deporte? ¡Iros a hacer puñetas! El mundo es de las personas que innovan, los guiones de pelis como «Campeones», que huye del típico hombre que conoce mujer o el asesino sin piedad. ¿Por qué no comemos insectos? Reconoce esta frase ¿«Ebook? Uy, no, yo necesito oler la tinta». ¡Huele Pegamento Imedio!
He visto en Facebook de mi amigo Xavi (no es espía del CNI, pero se le parece mucho porque es un cotilla) que, en una biblioteca de Dinamarca en vez de dejar libros, te dejan media hora una persona. Sí, sí, un señor que te cuenta su vida. ¿Qué es una telenovela sino eso? Entiendo que debe explicar donde hizo la primera comunión (¿eso se hace en Copenhague?) O que morirá sin ver una declaración de la renta negativa. También he visto que en Canadá han hecho una residencia de ancianos que a la vez es un orfanato y los niños que no tienen padres ni abuelos se lo pasan en grande con abuelos que tienen nietos que son product manager en una multinacional y no tienen tiempo de ir a verlos. ¿A que es una idea cojonuda? Por cierto, el primer autobús eléctrico ha ido lunes de Sabadell en Madrid. Debe detenerse tres veces para cargar las baterías y tarda unas 11 horas. ¡No es tanto, hombre! El tiempo es muy relativo. Por ejemplo, es muy pesado esperar que deroguen la ley mordaza y decreten una amnistía, el resto, pasa deprisa.