Estas líneas pretenden alabar la carrera de Paco Zapater como abogado penalista. Siempre le agradeceré haber estirado la mano para ayudarme en mis primeros pasos por los juzgados. No, no me habían detenido por drogas, era redactor de tribunales. Por lo tanto, es alguien a quien quiero, aunque a menudo le tiro algún ladrillo en la cabeza con mi hiperventilación política. Paco ha escrito un libro que es una joya y que ayer presentó en el Colegio de Abogados de Tarragona. Es un diamante porque contiene consejos y «secretos» que sólo se aprenden con la práctica. La defensa es un arte que no sólo consiste en buscar el artículo de un código, sino que lleva una guarnición de detalles, de interpretaciones, de intuiciones, de movimientos a menudo teatrales en la sala y de estrategias que no te explicarán en una clase de Derecho, porque pertenecen más a la psicología que a las leyes. El profesional puede haber aprendido este protocolo de buen oficio dependiendo de su talento. Él lo ha tenido, a diferencia de otros a los que el concurso real les suena aPasapalabrao creen que el Litisconsorcio es una escisión deLos Sabandeños. Nunca pierde los papeles ... En sentido literal, porque es la Marie Kondo documental -aconseja en su libro mantener un escrupuloso orden de folios-, y tampoco pierde los papeles en sentido emocional. Harías enfadar antes al Dalai Lama que a Paco. Precisamente este talante sereno, propio de grandes hombres y de premios Nobel, ha hecho que sea respetado y querido. No creo que los suecos le den ningún galardón ... mientras no creen una rama gastronómica de sartenes, pero leed «Medio siglo de abogacía penal», de la editorial Sepins. Y antes de leerlo, cómpralo, recuerda que ahora el hurto es un delito leve, no una falta.