Había titulado este artículoAeropuerto 75, pero seguro que alguien se asustaría pensando que hablaré del «piloto» que nos hizo volar por los aires durante 40 años de paz. Mirad, cada vez que veo promesas de aquellos de la rosa, me parto de la risa, porque cuando tengamos este AVE que nos ha de casar la Ricarda con la Cori, los trenes ya volarán. He cogido un artículo sobre la unión de los dos aeropuertos. Lo primero que dice es que la ampliación acordada entre Generalitat y Gobierno se determinará en el Plan Director, que vendrá después del Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA la exploradora) que todavía debe aprobarse. Antes de eso, se hará una consulta previa a la Comisión Europea sobre la afectación medioambiental del proyecto. La portavoz del Gobierno ha avanzado que ya irá concretando… si acaso mañana, o el año que viene. Así, El Prat y Reus quedarán conectados en sólo 30 minutos, atentos: «Una vez llegue la alta velocidad a estas dos infraestructuras». Pensaba que ya habíamos terminado, pero ... ¡Eh! Que el Puigneró dice que en el 2026 «deberían» estar a punto las estaciones de Reus y Girona. A mí ya me va bien porque es el año que me jubilaré y con la Tarjeta Dorada me dedicaré a ir a las tiendas Duty Free del Prat. En el caso del aeropuerto de la Costa Brava, en el Ministerio, una persona ya ha abierto el portátil, ha hecho doble clic en el icono de Word y ha puesto el título «Estudio Informativo». En el de la Boella, otro funcionario ha cogido un lápiz Alpino y ha escrito con letras gruesas «Estudio de diseño de la estación del AVE del Baix Camp». A continuación, lo ha subrayado en rosa y ha dibujado una florecita junto al título. Sí, amigos, la florecita es la ciudad de Tarragona.