Tribuna
Desastre humanitario en Afganistán
Exdiputat i senador
Tenia en mente desde el inicio de la evacuación internacional en Afganistán el redactar un articulo de opinión sobre el conflicto pero por prudencia, o quizás mejor dicho por respeto a la delicada situación, he querido hacerlo una vez los países implicados finalizaran, que no significa terminar, con la evacuación de la población civil que ha colaborado con los países implicados, así como las fuerzas armadas o de seguridad que han prestado un ejemplar servicio en el territorio.
Las raíces del conflicto se inician con la Guerra Fría entre la URSS y EE.UU, que como siempre, expresaron sus tensiones no enfrentándose directamente en el campo de batalla, pero sí apoyando algunos de los bandos en terceros países. En 1979 la URSS envió a Afganistán unos 30.000 militares, acompañados de material logístico como aviones y carros de combate, con el fin de dar apoyo al gobierno socialista de Kabul, el cual estaba expuesto a la resistencia de milicias islámicas locales, conocidos como muyahidines o combatientes de la guerra santa. EEUU ante el hecho de no perder influencia en el territorio afgano, el entonces Presidente norteamericano Jimmy Carter decide una operación encubierta de ayuda, en especial de suministro de armamento a la insurgencia afgana, conocida como la Operación Ciclón, apoyo que fue mucho más contundente con el Presidente Ronald Reagan, llegando a recibir en 1986 una delegación de lideres yihadistas en su residencia presidencial en Washington, a los que se referió como «combatientes de la libertad». Entre los años 1988 y 1989 se retiran las tropas soviéticas, cuando EEUU creía haber conseguido su objetivo de victoria, aparecen los talibanes en 1994 en la población de Kandaha, se inicia un confrontamiento o guerra civil entre la propia población. La realidad es que no existe una nación afgana como tal, aunque exista un territorio con el mismo nombre, sus guerras y ocupaciones han sido constantes en la historia.
Lo que en un inicio fue una intervención de EEUU para ganar influencia en Afganistán, contra la URSS que ocupaban el territorio, se convirtió con motivos de los atentados del 11 de Septiembre de 2001, en una intervención militar, conocida cono la «guerra contra el terror», declarada por el expresidente estadounidense George W. Bush, ya que los talibanes daban guarida a la base de operaciones de Al-Qaeda, como también a la sede principal de actuación de su líder, Osama Bin Laden. A la llamada de la lucha contra el terrorismo de EEUU se unieron estados miembros de la OTAN, como fue España. Cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca en 2017 se comprometió en poner fin a las «guerras interminables», quizás pensando en el tremendo fracaso de la guerra de Vietnam. Con esa intención, el 29 de febrero de 2020 firma con los talibanes en Doha, Qatar, el acuerdo que fija la retirada de EEUU y sus aliados del territorio afgano, a cambio de no permitir en territorio afgano actuaciones que conlleven amenazas a la seguridad estadounidense y aliados.
Son muchos los que pensamos que no fue un acuerdo de paz, sino mas bien de una rendición de EEUU. El presidente Joe Biden cumple con los acuerdos y manda la evacuación el pasado 15 de Agosto. Muchos se preguntaran de que han servido los 20 años de intervención internacional, la respuesta es que, todo lo que se ha podido conseguir se ha perdido por completo, provocando un retroceso de 20 años, en especial en las libertades y derechos humanos, siendo la mujer afgana la más perjudicada.
La evacuación ha producido caos y terror en la población afgana. Observar como miles de personas, entre ellas niños, mayores e incapacitados, se agolpaban a las puertas del aeropuerto de Kabul, dejando su vida o cuando no se la quitaban los talibanes con atentados terroristas, en busca de la libertad, siendo conscientes que, de permanecer en su país, serán exterminados. Son muchos los afganos que han podido conseguir ser evacuados, gracias a las fuerzas armadas y de seguridad internacional, pero no se puede proclamar, después de unas vacaciones interrumpidas, por algún presidente de gobierno, aquella frase conocida como: «Misión cumplida». Son muchos los que no han podido salir y la misión no finaliza dejando un país al azar de unos fundamentalistas talibanes. La evacuación ha supuesto un desastre humanitario para el mundo, así lo confirman instituciones como la ONU o ACNUR, a medida que el conflicto se incrementa el sufrimiento humano es peor, muertes, familias forzadas a abandonar sus domicilios, persecuciones, reducción drástica de ingresos, interrupción en las prestaciones de servicios sociales. A todo ello, se unen los desastres naturales, la covid-19 y las guerrillas interminables. En mi opinión, creo estar convencido que la evacuación, no ha sido una acertada solución al conflicto de Afganistán, muy al contrario, ha ocasionado graves daños y algunos irreparables. Un desastre humanitario.