Tarragona debería hermanarse con Poza de la Sal, en Burgos. Y vosotros diréis que de allí traían los romanos este condimento, que si tiene una muralla, que si hay un Lidl ... No, allí nació Félix Rodríguez de la Fuente, aquel hombre al que le hubiera gustado ser un lobo, como la Floria cuando se cabrea en los plenos. El motivo de esta petición es que en Tarragona últimamente sólo se habla de animales y las noticias políticas están quedando en segundo término. Sólo hay una un titular que engloba la política y la zoología: «Manuel Valls deja de ser concejal de la ciudad de la Ada madrina».
Con sumo gusto os repaso la actualidad del Parque Jurásico en el que nos estamos convirtiendo. Del búnker de la playa del Miracle ya no se habla, ahora está de moda dibujar en la arena un cuadrado, como si fueran a jugar vóley-playa Ricomà y Fortuny, ambos con tanga (¡hombre, ya puestos, hagamos espectáculo!) pero no, lo hacen para instalar incubadoras naturales y ver cómo nacen un montón de tortuguitas ninja y aplaudirlas nada más nacer, como a Pablito Calvo. Creo que Cruset debería patrocinarlo, porque los animalitos zarpan hacia un destino desconocido y porque al de Riudoms le apasionan los animales. ¡De hecho, las competencias de los puertos ... ¡ep! Calladito estoy más guapo. Seguimos con el tema de Félix, el De la Fuente, no el de la Font: las palomas no pueden disfrutar del sexo, a pesar de estar casados, porque la distribución de la píldora del día después está parada por un tema administrativo. Esperad, me llega un teletipo de última hora que dice que han encontrado una serpiente pitón en San Pedro y San Pablo. Voy a cenar en el Serrallo, espero no encontrarse con ningún dinosaurio. Aunque conozco unos cuantos de allí.