¿Qué os parecía más difícil cuando estudiabais? No, Casado, tú no tienes que participar, que los tiques del bar no son manuales. Muchos contestarán que el álgebra, las ecuaciones, el nombre de los reyes preparados... En cualquier caso, estará equivocados. Lo difícil en esta vida es aprender cómo funcionaba el Imperio Romano y la vida de los emperadores es más compleja que la de la Pantoja. Yo, por cuestiones profesionales radiofónicas he tenido que hablar cada día con Augusto y aprobé la asignatura de Derecho Romano en la URV haciendo un trío cada noche con Titus Livi y Mary Beard.
Me he cruzado en la cafetería de la facultad con un amigo que es doctor en estas «reses» romanas y le he preguntado qué le ha parecido mi novela El Corredor de Tarraco, que contiene elementos históricos de aquella época. Me miró sin hablar, le cogió una especie de ictus y cambió de tema. He captado enseguida el mensaje porque yo, cuando leo alguna novela negra de alguien, hago lo mismo. Mi cerebro ha oído por telepatía: «Chato, la has cagao más que una escopeta de fería». Y me he acordado de Jordi Tiñena -un abrazo, maestro- que me avisó de que hay expertos «tocacojones» para todo, y según qué «toques» se cabrean más que un filólogo. El mundo romano es complicado, pero el truco está en mirárselo desde el punto de vista de ahora. Mirad, tenemos en los Munts de Altafulla el apartamento para los fines de semana. La N-340 es la Vía Augusta, donde el emperador siempre se detenía a ver la concubina que vivía en el Illum Riogensi y el IBI era el tributum soli. Lo que no sé escribir en latín es la frase «mira que tienen morro subiendo ahora impuestos municipales». Haré un tripartito, o mejor un trío, con Pau y Fortuny, porque ellos han estudiado y seguro que lo saben.