Creo que durante los años que me metían un buen mordisco de la nómina para la cotización, nadie me dijo que aquello era una broma. Cuando he pagado el autónomo, no me han llamado para decir que harían un musical. Cuando he preguntado al Ministerio por mi jubilación, no me ha parecido que hablaran así: «cheguridá chochiá, digamé, noniano noniano». Señores que mandan y que cobran por distribuir la riqueza de este país, deje de una puñetera vez de jugar con el tema de las jubilaciones. Sí, es una auténtica burla al contribuyente.
Pablo es un hombre que trabajó desde 1980 al año 2000 como director general de una empresa. Cotizó 30 años a razón de 3.500 euros al mes. En el año 2000 su empresa quebró. Nunca logró un trabajo como ese y tuvo que trabajar como autónomo. Pablo ha hecho una simulación y se jubilará cobrando 890 euros. Las cotizaciones «buenas» fueron a la papelera. Éste es el bonito sistema que tenemos en este país. Y vosotros diréis: «No, hombre, su dinero sirvió para pagar pensiones». ¿Qué es esto? Lo diré sin filtros: una estafa piramidal. Esto es el sistema español de pensiones. Una estafa. Si el gobierno debe limitarse a mirar cómo unos pagan a otros, ¿qué caray hacen con tantos pactos y reuniones? ¿Qué le ocurre a un gestor del dinero público para no ver que la vida laboral y la percepción final deben tener una proporcionalidad? Oigan, que venden gafas «de cerca» hasta en los chinos. Si no tienen dinero es por la corrupción, por ser líderes en el mundo en trenes rápidos, en aeropuertos inservibles. Lanzan recursos de Justicia e Interior en persecuciones infantiles. Los gestores de las pensiones deberían realizar un desfile del orgullo incompetente por las calles una ciudad castellana. Como deberíamos decirle a la fiesta... ¡Ah, sí! Pacto de Toledo.