Titulan algunos medios que la policía ha descubierto en Lliçà d'Amunt una orgía ilegal con más de 70 participantes. Y la pregunta que me he hecho es si existen orgías legales. Es más, creo que nunca he oído a nadie que hubiera ido a ninguna orgía, excepto Cal·lígula hace dos mil años y Juanjo Puigcorbé, en 1978. Yo no paro de recibir invitaciones a conferencias, charlas, presentaciones de libros, pero a una orgía nadie me ha invitado nunca. No lo digo lamentándome, porque, la verdad, no sé qué haría en un «acto» así, creo que me limitaría a aplaudir sentado en una silla, vestido con un abrigo y bufanda para que no me cogiera un «aire». Luego lo he pensado y creo que lo de ilegal es porque iban sin mascarillas. Hombre, ¿qué quieres? No me imagino un autobús de gente en pelotas con la boca tapada y un ojo abierto.
La actuación policial debió ser espectacular. Una patrulla entra de repente a un recinto y ve como dentro hay una proyección de la peli La Teta y la Luna, de Bigas Luna. Entonces un agente con bigote y pistola en la mano grita: «¡Quieeeto todo el mundooo!». Y al fondo se oye uno con los ojos en blanco que grita, «espere unos segundos, agente, que estoy votando». Imagino que en la denuncia pondrá «Los dicentes afirman que un partido político les invito a una asamblea para decidir los presupuestos y que, entre una cosa y otra, el ambiente fue subiendo de tono». Con lo bonito que es ir a tomar una cerveza y unos callos con los amigos, sin pasar frío y poder hablar de política con libertad -como en el Parlament- sin que te lleven ante un juez. ¡Ejem! Qué tos más rara me ha cogido. En fin, que creo que sí, que hay gente que ha confundido los presupuestos con una orgía y también ha ido con la boca tapada y un ojo abierto.