Entre mis recuerdos de niño están: ver de madrugada a Nixon con ese «hasta luego, Lincoln», la llegada de Villarejo a la Luna y la información diaria sobre el estado de salud del dictador. 1975. Junto al Gerplex, en el arrabal Santa Anna de Reus, había una tienda de electrodomésticos donde un día se me salieron los ojos más que a Albert Pla al ver el primer televisor en color. Hacían un Telediario donde se veía gente con banderas rojas caminando por el desierto. Como me llamo Moisés entiendo algo de eso. La tele estaba detrás de un cristal y no sabía si se trataba del primer Orgullo de la historia o de una manifestación de rojos, al estilo del 15-M. En casa, mi padre me dijo que era la Marcha Verde. Yo no entendía por qué las banderas eran rojas. De ese nivel era mi cerebro. Sigue igual.
La tele a casa llegó en 1969 y la de color diría que era en 1976. En los informativos de aquellos años se hablaba del Sáhara y de Marruecos, y siempre me hacía gracia oír aquello de «provincia española» en un sitio con camellos. Ahora, curiosamente, todas las provincias tienen camellos y algunas autonomías incluso algún burro. También se hablaba de la pelea eterna de Israel y Palestina. En esos años Franco era siempre el ganador de Operación Triunfo. Afortunadamente, ahora es uno de los temas que han desaparecido de la actualidad. ¿Qué? Ah, ¿Qué no? Ya hablaremos... De la radio también conservo un gran recuerdo. Y he tenido la suerte de conocer aquél de la voz en off que decía lo de «Radio Nacional de España», el Wenceslao Pérez. Buena gente. En los sesenta teníamos en casa una Philips donde escuchábamos al Sautier Casaseca, al detective Paco Ruiz o al Narciso Ibáñez Menta. Mi padre también me explicaba que Kennedy había amenazado con lanzar misiles nucleares. Cosas del pasado...