Voy muy perdido. Siempre he sido un tipo cortito al que le deben contar dos veces las cosas para que le entren. Hace unos años empecé a dejar de entender mi entorno. Empezó con Franco, que yo de niño pensaba que era un anciano encantador. Y después supe que era un hijo del Ferrol.
Resulta que empecé a hacer una dieta de un tal Doctor Atkins, que era revolucionaria, porque podías comer todo lo que quisieras y te adelgazabas. Una farmacia, tres amigos, todo el censo de Hospitalet y una anciana me dijeron que lo dejara, que comer mucha proteína me dejaría más destrozado que Stephen Hawking. Ahora ese régimen està moda, ya no es perjudicial y los endocrinos lo recetan. Ahora que hablamos de médicos, ¿Habéis visto que los índices de colesterol en los análisis han ido al alza? Antes tenías que morirte si tenías X, y ahora con XXX ya no. Perdonad las equis, no recuerdo las cifras... y los Salud tampoco.
A principios de los años 2000 yo vivía en Barcelona e iba a trabajar en el Terrat en bicicleta. Me decían que teniendo coche y moto estaba loco si iba en bicicleta por la ciudad. Ahora ellos tienen una tarjeta del Bicing y pagan sestercios para poder ir sobre una BH. En la última corrida que toreó José Tomàs en la Monumental estaba toda Cataluña, seguro que también alguno de los que estaís leyendo esto, y luego hablas de toros y te miran como si fueras Erdogán y obligaras a un montón de niños a fabricar armas.
Antes se descubría a un político que había intentado hacer una operación sucia, dimitía e iba a la cárcel después de darle un consejo... de guerra. Esto también ha cambiado, ahora tenemos partidos con extorsionadores profesionales que manipulan con inventos la voluntad popular en las urnas, y los ves tranquilamente tomando una copa en un restaurante de la calle Aribau. ¿Qué? Sí, sí, perdón, antes tampoco dimitían.