Taller
Aprender a escribir como en la edad media
El Seminario de Tarragona acogió un taller teórico y práctico de escritura medieval, durante el cual también se pudieron ver de cerca varios libros antiguos del Archivo Histórico Archidiocesano
Más de treinta personas respondieron a la convocatoria de los Amigos de la Catedral de Tarragona, que el pasado jueves organizaron una nueva sesión de la actividad El scriptorium medieval. Este taller, que combina teoría y práctica, permite adentrarse en el mundo de la escritura medieval de una manera rigurosa y didáctica, mediante reproducciones y material que los participantes pueden utilizar. Así, se puede experimentar como era la delicadísima labor que hacían los copistas e iluminadores medievales.
El taller empezó con una breve explicación sobre el origen y evolución de la escritura hasta la edad media. A continuación, los asistentes participaron en una actividad consistente en ordenar, por orden cronológico, los diversos apoyos que el hombre ha utilizado para escribir, mediante reproducciones de hallazgos reales, como una mesa de cera localizada en Pompeya o una pieza de mármol negro de la Necrópolis Paleocristiana de Tarragona.
Acto seguido, se les mostraron las herramientas y los materiales utilizados a la edad media, y los invitaron a hacer sus propios trabajos. Durante la sesión, también se les mostraron varios originales que pertenecen al fondo del Archivo Histórico Archidiocesano de Tarragona, entre los cuales estaba el manual notarial más antiguo de Europa, fechado el 1227-28, y localizado en Alcover, o un Flos Sanctorum (descripción de la vida de los santos) inacabado, donde se podían ver los espacios correspondientes a las capitulares pendientes de completar.
«Desde el Archivo nos dimos cuenta de que hay una franja de edad a quien todo este mundo les resulta desconocido. Con el objetivo de llegar a este público ideamos, junto con los Amigos de la Catedral, este taller que está teniendo unas valoraciones muy positivas, especialmente entre el profesorado, ya que nos permiten trabajar aspectos como la lengua y la literatura, la historia medieval y de la iglesia, o incluso la química,» explicó mosén Enric Mateu, director del Archivo Histórico Archidiocesano.