Los anti-Brandt de Vox

En 1969 el socialista Willy Brandt se perfilaba como ganador de las elecciones legislativas alemanas. Pues bien, justo en aquel momento la derecha encendió el ventilador de la basura. Aún no existían las redes sociales, ni Internet, pero ya se utilizaba el recurso del rumor falaz y las cartas «anónimas» en los medios convencionales. Así, empezaron a aparecer «informaciones» sobre la vida privada y personal del candidato Brandt: desde su infancia como hijo de una madre soltera hasta rumores sobre sus presuntas amantes o su antigua condición de ciudadano noruego y, por lo tanto, «no alemán.»

Sin escrúpulos, sin ningún límite moral, a costa de lo que sea… Sin embargo, pese a esta campaña tan sucia y descarnada, a nadie se le ocurrió decir -repito, a nadie- que «llegará el día en que el pueblo querrá colgar a Brandt de los pies». A nadie se lo ocurrió tanta bajeza, ni a los antiguos nazis reconvertidos en conservadores.

Pues bien, el señor Abascal, en declaraciones públicas al diario argentino Clarín (uno de los de mayor tirada de toda América latina) ha afirmado este domingo que llegará el día «en que el pueblo querrá colgar de los pies» al presidente Pedro Sánchez.

Abro paréntesis histórico para que se entienda bien. El cadáver del dictador fascista Benito Mussolini fue linchado por la multitud y colgado por los pies de una gasolinera de Milán en abril de 1945. Esta es la realidad histórica y, por lo que se escucha, lo que augura el líder de Vox al presidente democrático y constitucional de España.

Dejo al lado la obsesión que demuestra el señor Abascal para evocar siempre a dirigentes fascistas o nazis (ya comparó al presidente Pedro Sánchez con Hitler durante la sesión de investidura). Supongo que su subconsciente y sus referentes ideológicos le deben jugar malas pasadas como esta.

Aparco esta reflexión y pregunto en voz alta: ¿es esta la aportación del Vox-PP a la convivencia democrática, con respeto y en libertad? ¿Alimentar discursos de odio? ¿Pronosticar el linchamiento y el asesinato del presidente democrático del país? ¿De verdad? ¿No tienen más recurso que alimentar el odio sectario y agitar la polarización de la sociedad?

Y incluyo también al PP porque si bien el señor Feijoo -presuntamente la voz moderada y civilizada de la derecha- ha condenado las impresentables declaraciones de su socio de Vox lo ha hecho con su habitual estilo sui generis afirmando que, en realidad, «alimentan la estrategia del PSOE» y hacen juego «al victimismo» del presidente democrático de España. Y ya está, a partir de aquí a seguir gobernando con Vox exactamente en todas las instituciones dónde suman mayoría y santas pascuas.

O sea, según la singular capacidad analítica del señor Feijoo, si -por poner un ejemplo- yo lo insulto y vaticino su futuro linchamiento, amable lector, la culpa… sería suya. Sí, sí, ¡no me ponga esa cara! La culpa es suya porque se está haciendo la víctima, está dividiendo al país y tal y tal y tal. El mundo al revés, ¿ven que cosas?

Y este hombre, el señor Abascal, sería ahora mismo el vicepresidente del Gobierno (o quien sabe si el ministro del Interior, o el titular del ministerio de «la familia») si el Vox-PP hubiera ganado las elecciones, no lo olvidemos.

Acabo. La campaña de calumnias y deshumanización contra Willy Brandt no funcionó. No solo ganó las elecciones, sino que abrió un período largo de progreso en Alemania con resultados históricos máximos para el socialismo democrático.

Igual pasará ahora. Pese a la montaña de basura que se agita cada día contra Pedro Sánchez, este no solo ha logrado la revalida como presidente del Gobierno, sino que ha contado con el voto afirmativo exactamente de todos los grupos parlamentarios representantes de la soberanía del pueblo español excepto, claro está, del Vox-PP.

Y no hay exabrupto-amenaza-insulto-insidia de la extrema derecha que pueda cambiarlo, señor Abascal. Ni ahora, ni nunca.