Opinió
Nuestro campo, el gran olvidado
Exsenador i diputat del PP
AA nadie se le escapa, que el campo, está atravesando una situación límite, motivada por diversos factores, como pueden ser: el incremento de los costes de producción; las complejas burocracias y medidas reguladoras; la aplicación de la nueva PAC, con unas exigencias medioambientales que recaen sin piedad entre los agricultores y ganaderos; a todos ellos añadir, una sequía, motivada por una falta de previsión de unos gobiernos, que solo se han quedado con la ‘cantarella’ del cambio climático, con unas «chapitas» de diversos colores luciendo en solapas de trajes o vestidos, pero lamentablemente, en una posición política de brazos cruzados o caídos.
La PAC del Ministerio socialista Luis Planas, ha ocasionado más requerimientos ambientales y menos dinero, ojo al dato, reduciendo su presupuesto en un 10%, respecto al presupuesto anterior, pasando de 47.527 millones de euros a 42.771, los cifras revelan el gran desinterés por el sector primario. Las aportaciones históricas de agua de lluvia se han quedado en dique seco, por una falta de modernización e inversiones en los regadíos, «de aquellos barros, estos lodos», no se ha dado una respuesta adecuada y contundente a la situación de una sequía que se veía que llegaría y nadie ha hecho nada.
Los costes de producción se han disparado, ya sean las materias primas, mano de obra, energía, combustible, entre otros. Todo ello ha contribuido muy mucho en desequilibrar la balanza comercial. Con un exceso de regulación que se sitúa en muchos casos por encima de los exigidos por la UE, ocasionando una abrumadora burocracia y falta de competitividad a las explotaciones.
Los datos del Ministerio de Agricultura en el 2023, dejan claramente, que en el periodo del presidente Pedro Sánchez, el campo ha tenido una pérdida de competitividad: la producción ha tenido un descenso de un 12,4%, las exportaciones han sufrido una caída de un 10% y las importaciones un incremento de un 24%.
Con lo expuesto, no es de extrañar que miles y miles de agricultores y ganaderos, más el sector pesquero que se ha unido a las reivindicaciones, se manifiesten de una forma pacífica, pero contundente, para reclamar al Gobierno de España, en nuestro caso a la Generalitat de Catalunya también y la Unión Europea, un cambio en el Plan Estratégico de la PAC, una modificación en lo que hace referencia a las medidas ambientales y una profunda revisión de la Ley de la Cadena Alimentaria o bien la derogación de la Ley de Bienestar Animal.
Es necesaria una revisión urgente del sistema agroalimentario, reforzando la imagen de sus productos, teniendo en cuenta su aportación a la economía del País y el carácter estratégico en el mantenimiento del ámbito rural. También garantizar la producción de alimentos europeos, sin tener que incrementar la dependencia de terceros países, observando con tristeza, cómo estos cruzan con sus productos nuestro territorio, para así abastecer mercados europeos.
Se deben hacer las revisiones o reformas en la Ley de la Cadena Alimentaria, garantizando el equilibrio entre sus actores, evitando inseguridad jurídica. También el Plan de Seguros Agrarios, actualizando los rendimientos por hectáreas o bien ampliando la cobertura ante problemas de los mercados. El PERTE agroalimentario debe ajustarse a nuestro tejido agroindustrial. Sin olvidarnos de revisar las políticas de sanidad animal.
No crear nuevos impuestos a la agricultura, como es la intención de la formación política de “Sumar”, que perjudicaría aún más la cadena de producción y distribución, sin que el Gobierno de España haya llegado a desmentir la iniciativa. Rebajar el IVA de los productos esenciales, suspender el impuesto al plástico y exigir el pago inmediato a los productos que han sufrido daños en el territorio francés.
Cataluña no se excluye del resto de la problemática de España, como ejemplo lo demuestra, que en los 10 últimos años, el número de agricultores se ha reducido en un 20 %, teniendo en cuenta que en la población activa existe una gran mayoría de personas con más de 65 años y solo aproximadamente un 10% tiene menos de 40 años.