Discrepancias sobre las presuntas torturas de un Mosso d'Esquadra
El Ministerio Público cree que los hechos sólo son coacciones y la defensa del policía pide la absolución
Un inicial caso de coacciones, cometido presuntamente por un cabo de los Mossos d'Esquadra en el 2008 en El Vendrell, se ha convertido en el juicio en unas presuntas torturas, acompañadas de amenazas, que no quedaron acreditadas. El artífice de este cambio ha sido el abogado Sierra Martí, acusador particular que defiende que su representante fue víctima de estos delitos por parte del policía.
Si el Ministerio Público, representado en la figura del presidente de la Fiscalía Provincial de Tarragona, sólo considera que se trata de una falta de coacciones, la defensa –que representa los intereses de la Generalitat– todavía va más allá y cree que los hechos juzgados no tienen que ser considerados ni delito, ni siquiera falta, y, por lo tanto, pide la libre absolución. La vista oral empezó este jueves en la sección cuarta del Audiencia provincial de Tarragona con la testifical de varios agentes, tanto del cuerpo de los Mossos d'Esquadra como de la Guardia Civil, encargada de transcribir las llamadas y hacer el informe del caso denunciado al Juzgado de guardia del Vendrell.
Al acto de la vista oral han declarado los agentes, algunos vía videoconferencia desde Tortosa y Valencia, pero poca cosa se ha podido averiguar a juzgar por la duración de los interrogatorios. Los hechos que se juzgan se iniciaron presuntamente en el mes de mayo del año 2008. Según los hechos que relata el fiscal en sus conclusiones, el cabo llamó a la víctima utilizando un seudónimo en seis ocasiones «minando su libertad», compeliéndolo a qué fuera a la comisaría para colaborar a una investigación sobre tráfico de drogas en el cual estaba implicado. Por este motivo fue detenido el 21 de mayo del 2008 y puesto a disposición judicial. Mientras se encontraba en las dependencias policiales –siempre según narra el fiscal– prometió al cabo de los Mossos que daría información sobre una importante partida de drogas.
Los dos quedaron de acuerdo en el hecho en que el detenido volvería a las dependencias policiales al día siguiente, pero no volvió. Así que el cabo lo llamó con una cierta intensidad, con frases entre las cuales se encontraban té voy a hacer la vida imposible o si quieres tener miedo, lo vas en tener de verdad. Se da la circunstancia de que una de estas llamadas las recibió la víctima cuando se encontraba en el juzgado denunciando al policía. Las torturas, en caso de ser físicas, a las que hace referencia el abogado acusador requerían que el detenido estuviese en las dependencias policiales, cosa que no se ha acreditado.