Calafell revisará las condiciones de todas las perreras para evitar nuevos casos de abandono de animales
El Ayuntamiento ha abierto diligencias contra unas instalaciones particulares donde malvivían 28 perros y se localizó uno muerto
Calafell, perreras
Calafell quiere evitar nuevos casos de abandono en el cuidado de animales, como el detectado la semana pasada en una perrera privada, de manera que durante los próximos meses hará una revisión a fondo de todas las instalaciones dedicadas al velatorio de los perros. La Junta de Gobierno de esta semana ha aprobado hacer un inventario de los «siete u ocho» perreras que hay en el municipio, de la que evaluará las licencias urbanísticas, medioambientales y de actividad zoológica. Si detecta algún incumplimiento legal, el consistorio abrirá un expediente para cerrar las instalaciones y desmantelar la actividad. «Queremos poner orden», ha explicado el alcalde Ramon Ferré, que justifica la medida por motivos relacionados con el cuidado de los animales, por cuestiones urbanísticas y para parar las molestias que sufren los vecinos. A finales del mes de junio, la Generalitat, la Guardia Civil y la Policía Local abrieron diligencias a una perrera particular donde se encontraron 28 perros en estado «deplorable», uno de los cuales estaba muerto.
La inspección en la perrera investigada la semana pasada la propició la denuncia de una asociación vecinal, y ahora se está pendiente del informe definitivo por parte de la Guardia Civil antes de determinar qué sanción se impondrá al responsable de las instalaciones. Los mismos vecinos también han alertado al Ayuntamiento de los problemas generados por el resto de perreras que hay en Calafell.
Ramon Farré ha apuntado que hay «siete u ocho» instalaciones de este tipo por todo el término municipal, y ha asegurado que «la mayoría» no tienen la tramitación correspondiente para ejercer como núcleo zoológico. Este es un permiso que concede a la Generalitat si previamente el Ayuntamiento da el visto bueno urbanístico, pero el alcalde ha advertido que, en muchos casos, también se está incumpliendo el planeamiento.
Ferré ha explicado que los servicios técnicos municipales prevén hacer los informes de las perreras durante el próximo mes, y será entonces cuando se determine cuáles hay que cerrar y cuáles tienen posibilidades para regularizar su situación. A priori, sólo se podrán legalizar las que no infrinjan la normativa urbanística y sólo estén pendientes de las licencias que son competencia de la Generalitat.
Aparte de garantizar el buen estado de los animales y de querer «poner orden» a nivel urbanístico, Ramon Ferré también ha admitido que detrás de este inventario hay un tercer motivo: evitar las molestias a los vecinos. «Estos perreros generan problemas importantes porque no dejan dormir a la gente que vive cerca», ha explicado el alcalde, que ha recordado que eso ha generado reiteradas denuncias por parte de los residentes en las zonas donde hay este tipo de instalaciones.
El gobierno municipal ha recordado que todas las perreras de Calafell son de cariz privado. Actualmente, si la Policía Local localiza un animal perdido o abandonado, lo traslada a la perrera de Torredembarra. Sobre esta cuestión, Ramon Ferré ha destacado que el Ayuntamiento tiene entre manos un proyecto para crear un centro de acogida y adopción de perros, que sería de gestión pública y podría dar servicio al resto de municipios del Baix Penedès. La previsión es que este centro pueda entrar en funcionamiento antes de finales de año.