La última decena de animales de la perrera de Calafell se reubicará el sábado

Una decena de animales todavía habitan la perrera ilegal denunciada en el término municipal de Calafell, ubicada en un camino paralelo a la carretera TV-2126. El plazo fijado por el Ayuntamiento para que las instalaciones quedaran totalmente desmanteladas finalizó el sábado pasado, 22 de julio, pero esta semana todavía quedan perros, tal como denunciaba el miércoles una vecina. «Han retirado algunos animales, pero todavía quedan, y todos ellos desnutridos», apuntaba.

El alcalde de Calafell, Ramon Ferré, el jueves admitía que una decena de perros del total de 25 todavía se quedan en las instalaciones, que fueron denunciadas días atrás después de que se produjera la indignación vecinal al hacerse públicas las imágenes de un perro muerto en medio de jaulas donde había más perros, todos ellos con unas condiciones muy precarias.

El alcalde, sin embargo, destaca que más de la mitad de perros ya han sido trasladados a unas nuevas instalaciones, ubicadas en una antigua cuadra del interior de la comarca del Baix Penedès, y que mañana se acabará de hacer la reubicación. «La operación se ha alargado una semana más de lo previsto, pero desde el consistorio hemos hecho seguimiento y hemos establecido con el propietario este sábado como último día», asegura el alcalde Ramon Ferré.

Desmantelamiento de la segunda

Por lo que hace la segunda perrera de Calafell, denunciada por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), tendrá que ser desmantelada, según explicaba el jueves el alcalde del municipio. En este caso, el recinto, situado en el camino del Mas de l'Espasa, no consta inscrito en el registro de núcleos zoológicos de Cataluña, no dispone de libros de registro ni de licencia ambiental para ejercer la actividad. Ramon Ferré explica que se priva a la espera del informe de la Generalitat, pero que las instalaciones y los perros que viven allí están en buenas condiciones. «El problema es que la perrera no se puede legalizar porque el recinto se encuentra en suelo rústico, y este tipo de calificación no permite esta actividad», puntualiza Ferré.

El desmantelamiento se hará público en un par de semanas, cuando el Ayuntamiento disponga de un informe de los ocho perreros que se encuentran en el término municipal y a los que se les revisarán las condiciones de todas las instalaciones y la posibilidad de legalizarlas. Si detecta algún incumplimiento legal, el consistorio abrirá un expediente para cerrar las instalaciones y desmantelar la actividad.