Comercio
El IGP Gallo del Penedès prevé vender más de 4.000 ejemplares durante la Navidad
Los criadores admiten un estancamiento en las ventas de los últimos años y reivindican que hay que desestacionalizar el producto
El Consejo Regulador del IGP Gallo del Penedès afronta la campaña de Navidad manteniendo las previsiones de ventas de los últimos dos años, situadas poco por encima de los 4.000 ejemplares. Los criadores calculan que un millar son los que se venderán durante la Fira del Gall de Vilafranca del Penedès los días 22 y 23 de diciembre –aparte de aves de corral de otras razas-, mientras que el resto se distribuirán a través de mercados de la zona y de la ciudad de Barcelona. Este será la segunda Navidad que el Gallo del Penedès se vende con el distintivo de calidad de Indicación Geográfica Protegida, pero los criadores admiten que han notado «poco efecto» en las ventas. La estacionalidad del producto y «desprestigio» de las aves de corral como «proteína barata» son los motivos principales, según el presidente del IGP, Enric Ferré.
Las ventas de Navidad volverán a ser, un año más, el pilar básico de la facturación anual de los criadores de Gallo del Penedès. A lo largo de todo el año, el Consejo Regulador calcula que se venden poco más de 10.000 ejemplares, de los cuales hay unos 4.000 que los clientes compran con motivo de las fiestas navideñas. Esta estacionalidad se observa como un «problema» desde las granjas de criadores.
El presidente del IGP Gallo del Penedès subraya a ACN que, una vez alcanzado el distintivo de calidad, el siguiente reto del sector pasa para conseguir que se coma esta ave en cualquier época del año, sin que el cliente lo asocie a la Navidad por el hecho de ser un producto de precio elevado. «La gente se ha acostumbrado en que las aves de corral son una proteína barata y le cuesta pagar más de tres o cuatro euros por el kilo», lamenta, atribuyendo esta percepción a la bajada de precios que hubo en los años 60, cuando se empezó a alimentar y sacrificar pollos en poco más de un mes.
Para cambiar la imagen del Gallo del Penedès y reivindicar el valor, Ferré asegura que «no se trata de un pollo cualquiera» y garantiza que «se puede comparar con la ternera y el cordero». Con respecto al precio, lo justifica por el tiempo y método de crianza: mientras que el pollo convencional se alimenta durante un mes a base de grano, el gallo penedesenc se cría durante cuatro o cinco meses con cereales leguminosas y un 5% de grano de uva.
Al mismo tiempo, el presidente del IGP recuerda que son aves criadas en espacios abiertos, hecho que repercute en la musculatura de la bestia y eso, asegura, se constata en el momento de consumir el producto. «La poca grasa que tiene queda incorporado en la carne, y la mayoría es de tipo Omega 3, que es cardiología saludable», detalla desde su granja en Rodonyà (Alt Camp), situada en una zona limítrofe con el Baix Penedès.
A pesar de la singularidad reivindicada desde el IGP, Enric Ferré admite que hay «mucho desconocimiento» del producto. Para revertirlo, ensanchar al público y conseguir nuevos adeptos a lo largo de todo el año, el Consejo Regulador tiene en marcha un estudio en colaboración con la Fundació Alícia, con el cual se diseñarán estrategias para difundir el producto. Mientras no concluya este estudio, sin embargo, Ferré hace un llamamiento a los restauradores y vendedores de los mercados para fomentar el consumo del gallo del Penedès más allá de las fiestas navideñas.