«En Japón todo es estimulante, las primeras horas me volví loco por hacer fotos»

El cámara y fotógrafo de Llorenç del Penedès presentó a Fujifilm el vídeo Japan in love, en el cual se muestran 120 fotografías que realizó durante un viaje a Japón. El vídeo, que tiene una duración de 1’37'', se puede ver en la web de la empresa, www.esfujifilmx.es

—¿Cuál fue la primera impresión que tuvo, como fotógrafo, al aterrizar en Japón?

—Cuando uno es fotógrafo, siempre está un poco alerta. Japón es un país que tenía ganas de conocer desde pequeño. Allí todo es nuevo y estimulante, en así que las primeras horas me volví loco. Recuerdo estar en un templo a las ocho de la mañana, y tenía una foto perfecta, pero quería que pasara una bicicleta. Cuando hacía diez minutos que me esperaba, mi compañera me recordó que estábamos de vacaciones. A partir de aquel momento me relajé y empecé a hacer las fotos que me pareció. Creo que es esta mirada personal la que ha quedado reflejada en mi trabajo.

—¿Cómo se planteó hacer las fotografías con el fin de conseguir esta mirada personal?

—Soltándome. En Japón hice fotos de turista, que no las acostumbro a hacer. Después, aparte de estas, intenté captar todas las escenas o ambientes que me llamaban la atención. Y hacerlo sin prejuicios ni pensar en ningún cliente que esperara mis imágenes. Así que hice lo que me pareció.

—¿Cuántos días estuvo de viaje y cuántas fotos llegó a hacer?

—Estuve unos trece días, durante los cuales hicimos la parte central de Japón y las grandes ciudades, y después también una zona más rural. Hice entre 1.200 y 1.500 fotos, pero en el vídeo salen unas 120.

—¿Qué cámara utilizó?

—Utilicé una cámara compacta que no es de las más caras, una Fujifilm X100F y un objetivo fijo, un Fujinon XF23mm, que es la visión humana normal. Todas las fotos las hice con la misma cámara. Eso sí, me obligué a llevarla siempre encima, desde que me levantaba hasta que me iba a dormir, como un turista más.

—¿Una vez empezó el trabajo, qué le interesó más retratar?

—Como fotógrafo documental que soy, me gustaba mucho la vida normal y corriente, y no tanto las foto de turista o de revista de viajes. Me interesan las cosas en que pasan entre los momentos importantes: la vida cotidiana, los espacios, las luces, los ambientes y las calles, sin que pasen grandes cosas. La suma de todas estas imágenes normales.

—¿Cómo hizo la selección de las imágenes para montar el vídeo ‘Japan in love’?

—No tuve ningún prejuicio al mostrar lo que me pareció Japón. La selección de fotos muestran estos momentos en que no pasa nada. Además, el audio tiene un ritmo que define mis impresiones sobre el país: me descolocó en muchos aspectos, por el cambio de cultura y las grandes ciudades donde pasan tantas cosas. Hay tanta gente y tantos impactos visuales que es como el ritmo acelerado que hay en el vídeo, hay momentos que no tienes tiempo de verlo todo.

—¿Se plantea repetir esta modalidad de viaje ‘fotográfico’?

—Sí, pero no lo hago sólo cuando estoy fuera, sino también en mi entorno cotidiano. La gracia de ser fotógrafo es que te permite mirarlo todo de forma especial. En Japón y aquí. En nuestro espacio cotidiano también se pueden hacer estos trabajos más personales, y en eso estoy: en enseñar cómo veo el mundo, sin decir si es bonito o feo, sólo como lo veo yo. Mi trabajo se puede seguir a través de mi página web (www.lluiscamell.com), a Instagram y también a YouTube, donde voy colgando los vídeos que hago.