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La DO Penedès aspira a ser la primera zona de producción 100% ecológica dentro de cinco años

El nuevo presidente quiere fomentar un doble sistema de precios de la uva en función de la ubicación de la viña

El presidente de la DO Penedès, Joan Huguet, captado entre viñas.

El presidente de la DO Penedès, Joan Huguet, captado entre viñas.ACN

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La DO Penedès se ha propuesto ser la primera zona vinícola catalana de producción 100% ecológica. El nuevo presidente, Joan Huguet, ha marcado en el calendario el año 2024 para alcanzar este «reto bestial». «Es una exigencia que tenemos que asumir, tal como nos indican desde el extranjero», apunta Huguet a la ACN. El flamante presidente de la DO Penedès insta los elaboradores a confiar en este cambio de método «porque si hay suficientes compradores, los campesinos se sumarán sin dudarlo». Por otra parte, Huguet plantea dos medidas para paliar la «dureza» que atraviesa el sector del campesinado: fomentar un doble sistema de precios en función de la ubicación de la viña y poner en marcha una bodega de microproductores para ofrecerles una nueva vía de negocio.

Huguet recuerda que la producción ecológica representa un 40% de los vinos de la DO Penedès y aspira a extender este método hasta el 100% de la viña del Consejo Regulador en un periodo de cinco años, coincidiendo aproximadamente con el fin del mandato que justo acaba de empezar. Asegura que «no quiere forzar la situación», sino demostrar que la eliminación del uso de productos químicos en la viña beneficia la calidad y prestigio del vino. «Queremos que el vino de la DO Penedès sea mejor cada da, y tenemos que asumir que en la Europa del siglo XXI no podemos ser un producto barato», apunta, mientras defiende la importancia de «cuidar la naturaleza».

Huguet insiste en que la producción 100% ecológica en el gran Penedès es viable gracias al clima mediterráneo y apela a un cambio de mentalidad de los elaboradores de vino para arrastrar, de rebote, el interés de los agricultores. Casi todas las empresas exportadoras ya trabajan en ‘eco’, y ahora hace falta que eso llegue a los campesinos para qué puedan generar un volumen importante y rentable», observa. El presidente admite que la agricultura ecológica tiene más «riesgos» pero recuerda que la coincidencia territorial con la DO Catalunya y la DO Cava da garantías a los campesinos para tener otras vías donde vender la uva cultivada con métodos más convencionales.

Doble precio para preservar las viñas de los costeros

Por otra parte, Huguet lamenta que se mantenga la eterna pugna entre los agricultores y los elaboradores de vino por el precio de la uva, que el campesinado siempre reclama subir. A pesar de que la DO Penedès no tiene potestad para marcar un umbral mínimo del precio del kilo de uva, Huguet se ha propuesto fomentar una nueva dinámica de mercado para «hacer entender» a los elaboradores que hace falta una doble tarifa: un precio para la uva procedente de las viñas planas de grandes extensiones, y otro importe para la uva cultivada en los costeros.

«Hace falta que pensemos en el paisaje, ya que en la zona de costeros se está abandonando la tierra porque la uva tiene unos rendimientos y costes muy diferentes que el de las grandes extensiones», apunta Huguet, que considera «muy banal» trabajar con un mercado de precio único como paso ahora. El presidente del Consejo Regulador considera que parte del conflicto de los precios no se ha resuelto a día de hoy por la división interna en el sector del campesinado, con varios sindicatos actuando al mismo tiempo: «Falta un núcleo duro que lidere las reivindicaciones».

Al mismo tiempo, a nivel territorial y más allá de las viñas estrictas de la DO Penedès, Huguet advierte que la entrada de capital extranjero a empresas como Freixenet ha abierto una «incógnita» sobre el futuro de la uva. «Tenemos que «espabilar», subraya, y avisa que las nuevas estrategias comerciales de la firma liderada por el grupo Henkell puede acabar provocando la «deslocalización» de la marca, en referencia a la producción de espumosos como el prosecco italiano. Con todo, confía en que «se darán cuenta de que la materia prima de aquí es mejor y la seguirán utilizando».

Bodega de micro elaboradores y nuevas submarcas

Para fomentar el producto local, la DO Penedès prevé abrir una bodega de microproductores, culminando un proyecto iniciado durante la presidencia de Josep Maria Albet. La intención es ofrecer un espacio compartido para las nuevas generaciones de agricultores que se están formando en enología pero no disponen de instalaciones donde crear sus vinos. A diferencia de las cooperativas -donde los campesinos venden la uva para una elaboración común-, en esta nueva bodega cada campesino elaborará su producto con una marca propia.

«Si los campesinos pueden hacer vino, ya no dependerán de qué cogen, dónde llevan toda la uva y, sobre todo, cuando lo cobran, resalta Huguet, que defiende que hacen falta alternativas de negocio para un sector que pasa por una situación «durísima». Ahora la DO Penedès busca el espacio donde ubicar esta nueva bodega compartida, con el apoyo del Ayuntamiento de Vilafranca y a la espera de financiación de la Diputació de Barcelona. La previsión es abrirlo durante la vendimia del 2020 con 10 o 15 agricultores, que estarían de forma temporal hasta que su negocio funcionara y pudieran abrir una bodega propia.

Otro de los proyectos puestos en marcha por el anterior presidente y que podrían ver la luz en breve es la entrada en vigor de nuevas submarcas dentro la DO Penedès. Después de haber desplegado el sistema de subzonas, la intención es ofrecer nuevas distinciones para definir los vinos de un municipio o de una masía en concreto. Bajo la submarca Vi de Vila o Vi de Masia, se quiere que los elaboradores «tengan más herramientas para explicar su producto», según sostiene Huguet, que prevé que el reglamento de estas distinciones esté aprobado en otoño.

«Responsabilidad» para resolver el conflicto de los espumosos

Con respecto a la polémica sobre las escisiones que ha vivido la DO Cava los últimos cinco años, Huguet se muestra distante a la hora de posicionar. Asegura que su condición de presidente de la DO Penedès –impulsores del Clàssic- y al mismo tiempo responsable de una de las bodegas de Corpinnat –recientes escindidos de la DO Cava- le impide formar parte de las negociaciones en que está inmerso el sector y se limita a apelar a la «responsabilidad» de todos los elaboradores con el fin de defender la economía del Penedès.

Huguet asegura que la división dentro de los espumosos es un reflejo de la «desazón» interna que había entre los empresarios para prestigiar el producto del Penedès y augura que el futuro pasa por la «diversidad». «Estoy convencido de que no se puede imponer nada y que hay que dar plataformas para las cuales todo el mundo se sienta cómodo», afirma. Con todo, evita concretar si eso significa la co existencia de las tres plataformas actuales, si los dos sellas de cariz más territorial –Clàssic y Corpinnat- acabarán unido o si el sector acabará reunificado debajo la DO Cava gracias al nuevo mapa de zonas.

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