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Un informe forense descarta cualquier enfermedad mental en el acusado de matar a una niña de 13 años en Vilanova el año pasado

Los médicos constatan que es consumidor «crónico» de cocaína y apuntan que eso nunca le había afectado a las capacidades cognitivas

Dos agentes de la policía científica accediendo a la vivienda de Vilanova i la Geltrú.

La autopsia definitiva de la niña asesinada en Vilanova i la Geltrú ratifica que murió asfixiadaACN

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Los médicos forenses han concluido que el acusado de matar a una niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú en junio del 2018 no tiene ningún trastorno mental. Lo recoge el último informe incluido en la investigación, al que ha tenido acceso la ACN. Según los médicos, el hombre tiene todas las facultades mentales «normales» y un nivel intelectual por encima de la media. Al mismo tiempo, destacan que el acusado té un consumo «crónico» de cocaína desde hace más de 20 años, si bien muestra una «buena» capacidad cognitiva, laboral y social. Según recoge el informe, los médicos no «pueden afirmar» que la noche del crimen actuara «bajo los efectos» de la droga y apuntan que eso sólo lo podrían decir los policías y médicos que interactuaron con él aquella noche.

El informe psiquiátrico señala que el acusado, Juan Francisco López, es una persona «muy observadora, con una inteligencia superior a la media de la población y una elevada capacidad de abstracción». Al mismo tiempo, los médicos concluyen que tiene una alta capacidad para «anticiparse las respuestas a las preguntas que se le formulan», niegan que tenga un perfil de «immadurez» y afirman que él mismo es considera «no impulsivo y con un elevado autocontrol».

El documento en al que ha tenido acceso la ACN señala que López mostró una «elevada capacidad meta cognitiva» durante la exploración hecha por los médicos. Una exploración durante la cual los forenses también constataron que el acusado «tiene una intención reiterada de re centralizar la conversación hacia aspectos tóxicos, y de justificar los actos cometidos».

Esta conclusión encaja con el relato que el investigado siempre hizo ante la jueza. Él declaró que no era consciente de haber agredido a la menor y atribuyó el crimen al consumo de cocaína. Según su versión, la niña de 13 años bajaba andando por la escalera del edificio donde viven sus abuelos y, por iniciativa propia, decidió entrar en el piso de él. El hombre dijo ante la jueza que se dejó la puerta abierta por descuido porque iba drogado y remarcó constantemente que la mató pensándose que era un ladrón. Una versión que ha mantenido hasta día de hoy.

Los médicos dudan de la alteración mental por el consumo de drogas

Con respecto a la ingesta de drogas, los médicos que firman el informe señalan que el hombre reconoce tener un consumo «crónico» desde los 20 años –ahora tiene 43- y destacan que nunca se ha sometido a un tratamiento de desintoxicación. Con respecto a la posibilidad de que la noche de los hechos hubiera tomado cocaína y que eso le hubiera provocado alteraciones mentales, los forenses apuntan que los posibles trastornos hace falta contraponerlos a las pruebas de la escena del crimen y a las declaraciones de los testigos que interactuaron con él aquella noche.

En este sentido, hace aproximadamente un año, la jueza que dirige la investigación tomó declaración a varios testigos y al personal del SEM que atendió al acusado después del hallazgo del cadáver de la menor. Todos negaron ante la jueza que el hombre hubiera mostrado síntomas de estar bajo los efectos de la droga.

La acusación particular ve desmontada la versión de la defensa

Desde la acusación particular –ejercida por la familia de la víctima- interpretan que el informe sobre el estado mental del investigado tumba cualquier opción de la defensa por alegar uno eximente de culpabilidad. Según la acusación, el hombre cogió a la niña con el objetivo de abusar sexualmente y la mató al no haberlo conseguido.

En este sentido, la familia pedirá que se condene el acusado por un delito de asesinato con alevosía y por un delito de agresión sexual. En el primer caso, insisten en que la menor no tuvo posibilidad de defenderse por una diferencia «evidente» de fuerza física. Con respecto a la agresión sexual, recuerdan que el cuerpo de la niña tenía sangre ajena a los genitales y que en la habitación donde apareció el cadáver había restos de semen del acusado. A su vez, la defensa de López ha declinado hacer ninguna valoración del informe.

Según fuentes judiciales, la investigación, dirigida por el juzgado de instrucción 1 de Vilanova, entrará pronto en el tramo final y previsiblemente la causa quedará cerrada después del verano. Será entonces cuando las acusaciones y la defensa puedan presentar sus escritos de conclusiones. Posteriormente, la jueza emitirá un último auto con la concreción de los delitos y enviará la causa a juicio, que recaerá en un tribunal popular en la Audiencia de Barcelona.

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