«El sueño de ser Miss no es sólo para delgadas, también lo podemos vivir las gorditas»

—Su aventura con Miss Curvys empezó con un ‘Y porqué no’.

—Sí, yo estaba mirando la tele y vi que enCallejeros Viajeros hablaban del certamen nacional y me llamó la atención. Lo busqué en Facebook y les envié un mensaje preguntando qué hacía falta para presentarse. Me dijeron que en Tarragona no hacían castings porque nunca se había presentado nadie. Me decidí, pero aquel año me casaba, así que no fue hasta el siguiente que me presenté.

—¿Qué requisitos se piden?

—Hace falta ser mayor de 18 años y menor de 42 y tener una talla a partir de la 44 o medir más de 100 centímetros de caderas.

—¿Miss Curvys es un concurso de belleza?

—Sí, igual que el Miss España de toda la vida, pero con tallas grandes. Se valoran las mismas cosas, como Elegancia, Popularidad, Pasarela, etc.

—¿Cuáles cree que son sus puntos fuertes?

—La verdad es que no estaba preparada para eso, me he metido de cabeza y ahora me he dado cuenta de la magnitud que tiene. Siempre he sido una chica gordita, pero he tenido mucho poca vergüenza y muchos pocos complejos. Tengo la autoestima bastante alta y pienso que eso es un punto a favor, porque lo que sientes es lo que reflejas, así que mi punto fuerte es la seguridad que tengo en mí misma.

—¿Cómo valora la existencia de certamens como este?

—Estamos acostumbrados a ver en la pasarela a niñas delgadas, y hasta hace pocos años con anorexia evidente. Hoy día eso no se ve tanto, pero tampoco se visibiliza a la mujer normal. En la calle no todas las mujeres hacen una 38. Hay mujeres que hacen la 44 y mujeres que hacen la 50. Y todas son bonitas. Para mí, este concurso es una reivindicación de que somos bonitas y que también tenemos derecho a tener ropa bonita y que se nos vea. En la tele, en las revistas y en las pasarelas, sólo se ven chicas delgaditas, y nosotros también existimos.

—¿La oferta de moda ya se ha puesto al día con esta cuestión?

—Cuando yo tenía 12 años, y ahora tengo 32, me costaba mucho encontrar ropa. Tenía que vestir de mujer mayor y recuerdo muchos llantos. Además, eso te puede llevar a sentir vergüenza o muchos complejos. Hoy en día cuesta un poco menos, pero sólo un poco. Puedes comprar un pantalón de la talla 38 por 10 o 15 euros, pero las tallas mayores pueden valer 40. Empieza a haber más oferta, pero se tiene que pagar más cara. Hoy por hoy sólo hay tallas grandes en Mango y H&M, pero en Zara, Bershka, etc. no te puedes acercar. Yo empecé a hacer dieta y perdí 17 kilos. Al principio fui a buscar ropa de deporte para ir al gimnasio y me encontré que, mallas sí que había, de las negras de toda la vida, pero las camisetas técnicas llegaban hasta la L. Sales llorando y enfadada con el sistema.

—Ahora que ha entrado en este mundo, ¿se lo plantea como una salida profesional?

—Ahora he empezado a recibir ofertas para hacer catálogos de tallas grandes. No lo había pensado, imaginaba que sería una experiencia y que se quedaría allí. Pero empiezo a hacer cositas, quizás no para vivir de eso, pero mi intención es llevar la delegación de Miss Curvys a Tarragona y hacer castings en las comarcas para sacar a una representante para llevar al nacional, y que haya continuidad en la demarcación, porque hay niñas muy guapas, aquí también.

—¿Qué les diría, a estas chicas que quizás están leyendo esta entrevista?

—Les diría que es una experiencia muy bonita, que ayuda mucho a subir la autoestima y que permite vivir por dentro el mundo de la moda, de los peluqueros, estilistas, maquilladores... También vale la pena por el compañerismo y por el hecho de conocer a otras chicas que también tienen complejos y luchan por quitarlos. Ahora, el 1 de diciembre, empezaremos a hacer castings. En la página de Facebook de Miss Curvys International Tarragona está la información. Les diría que no se lo pierdan, que se apunten y luchen, que este sueño no es sólo para delgadas, también lo podemos vivir las gorditas.