Pesca
El futuro de la Confraria de Pescadors Calafell «cuelga de un hilo»
La entidad centenaria pierde la propiedad de las embarcaciones que trastean desde el puerto de Vilanova i la Geltrú
Todos presentaron alegaciones defendiendo la continuidad de las barcas a la cofradía calafellense, pero la Generalitat las rehusó. Soler asegura aACN que el cambio de base después de rechazar las alegaciones «fue de un día para otro» y lamenta que la Dirección General de Pesca «no actuó de forma consensuada» con los pescadores.
El cambio afecta a una barca de palangre y dos barcas medias de arrastre de sardinas. Remontándose al pasado, Soler explica que algunas embarcaciones de Calafell empezaron a trastear desde el puerto de Vilanova i la Geltrú a finales de los años 1950, ya que en aquel momento Calafell no tenía dársena y tenían que ir a mar desde la playa. «En invierno era muy peligroso y no podía salir cuando hacía daño tiempo, mientras que desde el puerto el trabajo es más seguro», explica.
Fue casi dos décadas más tarde cuando se construyó el puerto deportivo de Segurde Calafell, con un pequeño espacio destinado a los pescadores, que se amplió ahora hace 15 años. Las barcas que la cofradía tiene en Vilanova no se han podido amarrar nunca en Calafell porque son demasiado grandes. A pesar de faenar desde el Garraf, hasta ahora las embarcaciones formaban parte de la cofradía calafellense.
«Si nosotros hubiéramos querido pertenecer a Vilanova, ya haría años que lo habríamos cambiado, pero nuestras raíces son de Calafell», explica el patrón mayor. Soler asegura que económicamente a los pescadores les es más económico formar parte de la cofradía garrafense, pero dice que quieren mantenerse en el Baix Penedès «porque existe un vínculo histórico y emocional muy fuerte».
En este sentido, el patrón mayor recuerda que la entidad se creó oficialmente en 1902 pero destaca que el trabajo de los pescadores en el municipio tiene precedentes desde décadas antes. Al mismo tiempo, explica como al principio del siglo XX la entidad se encargó de construir pisos sociales, una escuela, un dispensario médico y también la iglesia de Sant Pere. «Una entidad así no puede desaparecer», insiste, mientras recuerda que en los años de más esplendor llegó a tener más de 30 embarcaciones.
Soler afirma que perder la mitad de las naves que tienen actualmente deja «muy debilitada» la entidad porque se queda sólo con tres barcas pequeñas que hay amarradas en el puerto deSegurde Calafell –más una cuarta pendiente de registrarse. Eso supone, dice, no tener suficientes socios ni estructura para afrontar las próximas elecciones internas. Recuerda que a la presidencia sólo pueden optar pescadores con más de 10 años de adhesión a la entidad, y dice que este requisito no lo cumple ninguno de los responsables de las embarcaciones que quedan vinculadas a Calafell.
Con este escenario, y teniendo en cuenta la pérdida de masa social, Soler veel futuro «inviable». «Si la Generalitat no recapacita, a la cofradía le doy un año o un año y medio de vida, como mucho», lamenta, mientras destaca que él no tiene opciones de seguir liderando la entidad porque su nave es una de las afectadas por el cambio de base a Vilanova.
Soler avisa de que hará «todo lo que haga falta» para que la Dirección General de Pesca les devuelva las barcas. Durante las próximas semanas la entidad presentará un recursoal Departament d'Agricultura, Ramaderia, Pesca iAlimentació, que es el último peldaño que les queda. Con el recurso quieren convencer a la consellera Teresa Jordà para hacer prevalecer el legado histórico por encima de los trámites burocráticos. «Le pedimos volver al punto donde estábamos antes. Es una cofradía más que centenaria, muy emotiva para Calafell, y eso lo tiene que considerar, observación.
Desde el Departamentd'Agricultura, sin embargo, insisten en que el cambio de tres barcas se ha hecho para regularizar la situación. Todo, en base a una orden ministerial que, a su vez, cumple una directriz europea con la que se promueve una gestión conjunta de las embarcaciones de un mismo puerto.