Equipamiento
El Museo Pau Casals del Vendrell se someterá a una reforma integral el año 2021
Con una inversión de 2,2 MEUR se remodelará el edificio histórico y los jardines para dotar el espacio de proyección internacional
El Museo Pau Casals del Vendrell se someterá a una reforma integral el próximo año. Los trabajos se centrarán en restaurar la histórica casa donde veraneó el músico y también la zona de los jardines. Más allá de reparar patologías propias por la proximidad del museo con el mar, la fundación gestora del equipamiento quiere aprovechar para dar un «salto cualitativo» a través de las nuevas tecnologías y en el que la visita se convierta una experiencia para los visitantes. Las obras se compaginarán con la actividad del museo, que no cerrará puertas. Se inyectarán 2,2 millones de euros de financiación pública, con previsión de acabar la reforma en octubre. El anuncio del proyecto se ha hecho este martes 29 de diciembre, coincidiendo con el 144.º aniversario del nacimiento de Casals.
La culminación de las obras también se plantea para una fecha clave, el 22 de octubre del 2021, cuando hará 48 años de la muerte del músico y compositorvendrellense, en un calendario, pero sujeto a la evolución de la crisis sanitaria. Que el proyecto arranque en plena pandemia es puramente casual. De hecho, se planteaba hace tres años atrás. La fundación cree que puede ser un buen momento para ejecutar la reforma dada la caída de afluencia de visitantes en la equipación por lacovid-19-de los 25.000 visitantes anuales a solo 6.000 visitas, este año.
El museo, que abrió en 1974, ya fue sometido a una reforma en 2001. Veinte años después, se vuelve a hacer necesaria una «puesta al día». Según Jordi Pardo, director general de la Fundació Pau Casals, hay que atacar cuatro frentes: arreglar humedades y renovar instalaciones de climatización obsoletas para tener un edificio más eficiente, poner en valor elementos propios de la casa, como detalles en techos y paredes, potenciar las nuevas tecnologías, e impulsar la digitalización del fondo documental y audiovisual, todo «un diamante en bruto», dice Pardo.
El equipo de la fundación trabaja intensamente en este proyecto que pretende ir más allá de arreglar el edificio histórico y preservar el patrimonio. «El reto es dotarlo de un nuevo discurso museográfico y conseguir situar el museo como un referente local e internacional en la divulgación de los valores de Pau Casals», afirma la directora de la equipación, Nuria Ballester. «Con este nuevo montaje queremos hacer un salto de escala y transmitir su legado humano y sus valores, y que el museo sea más accesible y social, conectado con la comunidad», añade.
Mientras duren las obras, el museo irá manteniendo mínimamente su actividad. A partir del 31 de enero se cerrarán los espacios a reformar y durante febrero se procederá a todo el desmontaje para llevar a cabo las obras. La exposición permanente permanecerá cerrada al público y las visitas en la sala polivalente, la recepción y la tienda se limitarán a los fines de semana. A partir de marzo se ampliarán también a entre semana y de cara a verano ya se prevé la reapertura de los jardines, con perspectiva que el museo se pueda reinaugurar de cara a octubre.
Un museo que «toque la fibra»
Entre los cambios que presentará el museo, destaca el aprovechamiento de espacios en desuso, como la antigua cafetería, una sala polivalente donde se potenciará el uso del sonido y la imagen para conocer y entender a Casals de una forma más «emotiva». «Será una experiencia mucho más global», manifiesta Ballester. «Queremos que toque la fibra», coincide el alcalde del Vendrell, Kenneth Martínez, que ha destacado la implicación de todas las administraciones -Generalitat, Diputació de Tarragona y Ayuntamiento del Vendrell, además de las ayudas europeas Feder- en este proyecto que tiene que servir para despertar el interés de más visitantes y relanzar turísticamente y económicamente el municipio. «No es ningún gasto, es una inversión», ha concluido Pardo.
La casa de veraneo de Casals
El músico compró en 1909 unos terrenos cerca de la playa de Sant Salvador y, a lo largo de los años, convirtió la casa próxima al mar en su hogar, acumulando recuerdos, documentos, fotografías y objetos significativos. Hizo uso como residencia de verano hasta el 1939, cuando marchó al exilio. No obstante, en 1972 creó con su mujer la Fundació Pau Casals que tenía, como uno de sus objetivos principales, preservar la casa. En los veinte años como museo, lo han visitado más de 350.000 personas. La fundación destaca que el espacio, recientemente declarado como Museo de Interés Nacional, a pesar de no haber dispuesto de la inversión ni el apoyo otros museos europeos dedicados a la música, es uno de los seis mejores de todo Europa.