Memoria histórica
Cunit reconstruye un bunker de la Guerra Civil para preservar la historia local
El espacio recuerda cómo las fortificaciones de la costa penedesenca disuadieron el desembarque de las tropas franquistas
«Un pueblo como Cunit, que ha crecido tanto los últimos años, tiene el reto de conseguir que su población conozca como era el lugar donde ha venido a vivir», explica Casañas, asegurando que la divulgación de la historia local «facilita el respeto hacia el mismo municipio».
Casañas recuerda que, desde Sitges hasta el Vendrell, son numerosos los restos de fortificaciones que hay en las playas. La mayoría, sin embargo, prácticamente engullidas por el agua y la arena. Con la reconstrucción de una de las dos galerías del fortín de Cunit, el municipio relata cómo actuaron todos estos puntos de defensa de una forma «virtual» e immersiva al mismo tiempo.
«No sólo hemos reconstruido el bunker, sino que también lo hemos reinterpretado para que todo el mundo pueda entender qué sucedía en estas construcciones», apunta Casañas, lamentando que la pandemia ha retrasado la apertura del espacio –financiado con 58.000 euros. Al fin, el espacio se ha terminado recientemente y desde este enero ya se pueden ver todos los elementos, así como consultar el audiovisual, activo en cuatro idiomas durante el horario de apertura de la oficina de turismo.
Queda pendiente terminar la jardinería y la iluminación para facilitar la visita exterior, mientras está previsto organizar visitas con un guía especializado cuando amaine la incidencia de la covid-19. Algunas de estas visitas se harán también en el interior, aunque el espacio es reducido -40 m2.
Desde la Universitatde Barcelona, el catedrático de Didáctica de Ciencias Sociales Francesc Xavier Hernández asegura que crear este espacio «ha sido todo un reto». Hernández recuerda que los fortines de la costa penedesenca estaban diseñados para tener capacidad de respuesta ante un eventual desembarque de las tropas franquistas establecidas en Mallorca. Al final, sin embargo, estos bunkeres tuvieron un efecto disuasivo, ya que nunca llegó este ataque por mar.
Aunque al final los soldados de los fortines no tuvieron que responder a ningún desembarque, Hernández recuerda que también se convirtieron en importantes puntos de vigía de los ataques aéreos. «Ayudaban a controlar cualquier amenaza», subraya, mientras explica que la organización republicana contra los ataques fascistas fue «muy potente».
«Toda la costa ha quedado cubierta por fortines diversos, pero es un patrimonio en un estado de conservación muy desigual», lamenta Hernández, que celebra la posibilidad de haber creado este pequeño museo en medio del litoral penedesenc.
«Cataluña respondió a la agresión desde Mallorca con una organización muy fuerte, tanto con refugios antiaéreos, como con elementos defensivos como este de Cunit. Se plantó cara con una contundencia importante», insiste, anhelando que el espacio se convierta en un punto de atracción turística para poder poner en valor un patrimonio «que tiene que contribuir a la ciudadanía a ser consciente de su pasado».