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La restauración de un bunker en el Vendrell destapa la historia de una familia que vivió allí

El proyecto incorporará la memoria de los Casas Perín, que habitaron cuatro años la fortificación de las Madrigueres

Tres hermanos de la familia Casas frente al búnker donde vivieron cuando eran pequeños.

La restauración de un bunker en el Vendrell destapa la historia de una familia que vivió allíACN

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El bunker de la playa de las Madrigueres, en el Vendrell, escondía la historia de una familia emigrante que llegó a convertirlo en su hogar durante cuatro años de la posguerra. La rehabilitación del espacio impulsada por el Ayuntamiento y el grupo ecologista Geven ha permitido descubrir recientemente este episodio, gracias al testimonio de una vecina. Ahora, el proyecto incorporará también la memoria de los Casas Perín, que se establecieron en el nido de ametralladoras el año 1949 procedentes de Andalucía. Las vivencias de los hijos, que todavía viven en el municipio, quedarán reflejadas en la fachada del bunker en forma de poema. Trinidad Casas, una de las hermanas, ha escrito libros y poemarios recordando su infancia en este singular espacio.

El bunker de las Madrigueres es un nido de ametralladoras construido durante la Guerra Civil por el ejército republicano para defender la costa ante un posible ataque del bando nacional. Un ataque no se llegó a producir nunca, pero una vez acabada la guerra, la dictadura de Franco decidió mantener la fortificación, ante la amenaza de un desembarque del bando aliado, durante la Segunda Guerra Mundial. La fortificación estuvo activa hasta 1945.

Cuatro años después llegaban Eduardo Casas, su mujer y cuatro hijos. Emigraron desde el pueblo de Marmolejo, en la provincia de Jaén, en busca de una nueva vida en Cataluña. Eduardo, de ideas republicanas, enseñaba a leer y a escribir a los trabajadores de su pueblo de origen. Después de luchar en la guerra y pasar cuatro años en prisión, tuvo que dejar su pueblo, ya que por sus ideas, los vecinos le hacían la vida imposible. La familia vivió en el bunker durante cuatro años y allí nació un quinto hijo.

El de los Casas Perín es sólo uno de los casos de familias que se refugió en los bunkeres de la costa catalana, de familias que huyeron de la guerra y buscaban un futuro mejor. En declaraciones a ACN, los hermanos recuerdan una infancia feliz, jugando en la arena de la playa y pasando los veranos con los hijos de familias acomodadas que tenían segundas residencias en Sant Salvador. «Fuimos muy queridos y ayudados por todo el mundo», recalca José Matías.

Ahora, el Ayuntamiento del Vendrell y el Grupo Ecologista del Vendrell, GEVEN, han iniciado los trabajos para rehabilitar el espacio y dignificarlo, como parte de la recuperación de la memoria histórica la Guerra Civil española. Hasta hace poco, la fortificación se encontraba en malas condiciones. «Como estaba hundido dentro de las dunas, estaba bastante maltratado por el incivismo», ha apuntado la concejala de playas y turismo del Ayuntamiento del Vendrell, Bàrbara Peris.

Con el proyecto de rehabilitación ya ideado, fue una vecina quien informó al Ayuntamiento de la presencia de una familia de que había vivido en el mismo bunker durante un tiempo. A partir de este testimonio, el consistorio decidió unir los dos proyectos: rehabilitar la fortificación de la guerra y narrar la historia de aquella gente que vivió allí.

Un mural con el 'Guernica'

La primera acción ha sido la adecuación de una de las fachadas, donde se ha hecho un mural con una representación del 'Guernica' de Pablo Picasso, considerado un símbolo hegemónico de la aversión a la guerra y ejemplificativo de las atrocidades de esta. «Cuando nos lo propusieron, consideramos ideal pintar este cuadro en un lugar así», ha explicado la concejala.

Trinidad Casas, una de las hijas, ha explicado que cuando le dijeron que pintarían el Guernica en el bunker donde ella vivió, le pareció muy buena idea. El Guernica es un alegato contra la guerra, y si nosotros vinimos aquí fue a consecuencia de esta. La guerra no se acaba cuando se para el fuego, sus consecuencias van mucho más allá, como estamos viendo ahora en Ucrania», reflexiona.

Una vez finalizado el mural, se ha instalado una tarima y se acaba de acondicionar la zona para hacerla más accesible. Posteriormente, se escribirán los poemas de Trinidad en una de las fachadas, y el último paso será abrir el bunker, que ahora está tapiado, para que se pueda visitar el interior. La historia de la familia Casas Perín quedará reflejada en un panel informativo.

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