Coma-ruga
Un centenar de familias se concentrarán para denunciar su «expulsión» del camping Sant Salvador
La nueva propietaria, la empresa Holacamp, no les ha renovado el contrato de estancia
Este sábado 30 de marzo, un centenar de familias se manifestarán en las puertas del camping Sant Salvador de Coma-ruga (El Vendrell) para denunciar su «expulsión» del establecimiento. El pasado mes de febrero recibieron una carta donde la nueva propiedad del camping, la empresa Holacamp, les informó que no les renovaría el contrato de estancia en el camping y les concedía un plazo de menos de 30 días para que desmontaran y trasladaran las casas móviles.
El colectivo de afectados piden a Holacamp iniciar un proceso de negociación con el fin de facilitar el proceso de desalojo de las parcelas donde muchas de estas familias han pasado las vacaciones durante 20, 30 e, incluso, 40 años.
La plataforma constituida por las familias afectadas recuerda que en los últimos dos años, la antigua dirección del camping incitó a sus clientes a adquirir en propiedad las casas móviles que hasta aquel momento alquilaban temporada tras temporada, realizando una inversión que en la mayoría de casos se situó entre los 20.000 y 30.000 euros. Una cuantía económica a la que habría que sumar el coste estimado de entre 5.000 y 8.000 euros que supone el desmontaje y traslado de los habitáculos. Un traslado que, por otra parte, se prevé más que complicado dado que el aviso de no renovación se produjo a pocas semanas del inicio de la temporada de verano y, a estas alturas, los campings de la demarcación de Tarragona han informado de que no tienen disponibilidad para caravanas y que no aceptan las casas móviles de las familias desalojadas.
Representantes de la plataforma de familias afectadas aseguran que «el plazo que nos han otorgado para desmontar una parte significativa de nuestra vida es absolutamente insuficiente y el esfuerzo económico que se nos reclama es inasumible para muchas de las familias, que ya han hecho una inversión muy importante en tiempos recientes cuando nadie podía prever esta situación. En algunos casos, las casas móviles se adquirieron a finales del pasado año y ahora los propietarios tienen que desalojar las parcelas y encontrar una nueva ubicación sin ni siquiera haber podido ocuparlas desde que las compraron. Es inevitable tener la sensación de haber sido engañadas en el marco de una relación de total confianza con la antigua dirección del camping después de una vida entera en Sant Salvador».
Desde la Plataforma, que cuenta con el asesoramiento de Col·lectiu Ronda, afirman que «nos dieron el plazo de un mes para abandonar el camping que ni siquiera lo era, pues entre semana estaba cerrado y sólo podíamos acceder los fines de semana y a ciertas horas. En estas condiciones y a las fechas que estamos, esta es una exigencia imposible de cumplir. Y eso sin hablar del daño emocional para las familias».