Economía
Los promotores del futuro polígono Les Planes del Vent de la Bisbal vuelven a modificar el proyecto
La alcaldesa defiende que se sienten «más cómodas» mientras que los detractores consideran que es una «aberración»
Los promotores del polígono logístico e industrial Les Planes del Vent de la Bisbal del Penedès han vuelto a modificar el proyecto por segunda vez. La zona agraria de 22 hectáreas se mantiene, pero se protege, y también se acercan los espacios para la ciudadanía en el municipio. Además, se alejan las naves escasos metros de la población.
En total, sin embargo, habrá que recalificar 80 hectáreas para que pasen de uso agrario a suelo urbanizable. El espacio estrictamente destinado al polígono será de 48 hectáreas. La alcaldesa del municipio, Agnès Ferré, defiende que es la propuesta con la que se sienten «más cómodos», mientras que los detractores siguen pensando que es una «aberración» porque «la zona industrial absorbe prácticamente el pueblo».
Ferré insiste en que hay empresas que se quieren instalar en el municipio, pero que ya no hay suelo disponible en el otro polígono, Les Planes Baixes. Considera que con Les Planes del Vent «se cierra el círculo» por la proximidad con los dos polígonos existentes y las instalaciones de pruebas y homologación automovilística Idiada. Toda esta zona se encuentra en una situación estratégica a causa de la proximidad de la AP-2 y la AP-7. La alcaldesa cree que es una «oportunidad» para crear más puestos de trabajo e ingresos para el municipio.
Desde un inicio, sin embargo, el polígono ha levantado voces contrarias. Carles Castelló, miembro de la comisión promotora de la consulta popular que se hizo sobre el proyecto, dice que es una «aberración». Destaca que si miras el terreno que ocupará sobre un mapa se puede ver que «la zona industrial absorbe prácticamente el pueblo».
Les Planes del Vent se quiere construir junto al núcleo urbano, a escasos metros, y en una extensión de terreno denominada los Masots donde predominan los cultivos en activo de olivos y viña. «Si quieres ir a vivir en una zona rural, en un entorno tranquilo, tú irías a vivir a un polígono», se pregunta Castelló. «Por regla general no», responde.
Según el ayuntamiento, el promotor ya ha comprado el 70% de las fincas afectadas por el nuevo polígono. Ferré señala que los campesinos han vendido las tierras porque no hay relevo generacional y «no es atractivo». «Yo preferiría que toda esta zona fuera agraria y que la gente se pudiera ganar la vida, pero por desgracia no es así», asevera la alcaldesa.
Un informe de la Comisión Territorial de Urbanismo del Penedès sobre este proyecto advertía que la implementación de varios polígonos en esta zona estratégica han «ha disminuido el medio físico y el valor intrínseco del territorio». Y afirmaba que «hay que buscar un equilibrio que priorice la preservación de la matriz biofísica y la conectividad biológica de escala territorial por encima de los crecimientos urbanos e industriales en extensión». Ferré reconoce que el paisaje cambiará, pero remarca que, por ejemplo, se recuperará el torrente Mal.
Castellón exclama que el municipio «ya tiene bastante superficie logística e industrial». Además, apunta que el actual polígono Les Planes Baixes todavía tiene muelles de carga vacíos. También defiende «preservar» el espacio de los Masots porque es el «cojín», el pulmón verde del pueblo.
Consulta popular
El 1 de septiembre de 2024 se celebró una consulta popular sobre el cambio de clasificación de los terrenos agrarios para la construcción del nuevo polígono industrial. Al tratarse de una iniciativa ciudadana, la votación era sectorial. Estaban llamados en las urnas unos 1.200 vecinos del centro histórico y el barrio de la Miralba, de los 4.000 habitantes del municipio. El 62,6% de los participantes (432 personas) se mostraron contrarios al proyecto, mientras que a favor se emitieron el 34,5% de los votos, 238 bisbalencs.
La alcaldesa dice que cualquier iniciativa tiene partidarios y detractores, e insiste que en las últimas elecciones municipales «quién fue a votar, sabía qué votaba». También subraya que la consulta «no era vinculante». En cambio, Carles Castelló, miembro de la comisión promotora de la consulta popular, recuerda que «una parte importante de la población de la Episcopal se pronunció clarísimamente en contra del proyecto y de la recalificación del terreno». «Es una irresponsabilidad política muy grande», señala Castelló.
Desde el gobierno municipal descartan repetir una consulta sobre el polígono ahora que se ha remodelado el proyecto. Sí que tienen previsto abrir en un futuro un proceso participativo para decidir qué nuevos equipamientos municipales se hacen. Ferré apuesta por un centro formativo para ofrecer cursos adecuados a las demandas de las empresas que trabajan en el territorio.
Actualmente los técnicos de urbanismo están revisando la documentación y, posteriormente, se tendrán que modificar puntualmente las normas subsidiarias de planeamiento y aprobarlas por pleno. Una vez tenga luz verde, pasará al tejado de la Comisión Territorial de Urbanismo del Penedès. Ferré calcula que el nuevo polígono podría ser una realidad en dos o tres años.