Santa Llúcia busca colaboraciones y sumar nuevos socios para salvar la sede

La Hermandad de Sant Isidre y Santa Llúcia sigue buscando una salida a la precaria situación económica para salvar la sede del Arrabal Robuster. Después de evitar la subasta del inmueble, una de las entidades decanas de la capital del Baix Camp sigue negociando con el banco y las administraciones para renegociar la deuda y asegurar la viabilidad en el futuro.

Según se comunicó a los socios de la entidad durante la asamblea extraordinaria de la semana pasada, se está trabajando en diferentes frentes. Por una parte, el bar del espacio se ha vuelto a alquilar y, desde el pasado 1 de febrero, ofrece servicio de cafetería desde primera hora de la mañana hasta la noche y noche. Lo que puede representar una de las principales fuentes de ingresos de la entidad ya se está promocionando y ya ha ligado varios servicios por|para los próximos días.

Por otra parte, los miembros de la Junta siguen negociando con el banco para conseguir una novación de la hipoteca que permita renegociar las condiciones. Después de paralizar dos veces en los últimos meses la subasta del inmueble, el banco pide una garantía a la entidad, que tiene que demostrar que puede hacer frente a las cuotas.

Paralelamente, según explica el presidente de la entidad, Josep Maria Vallès, también hay conversaciones con el Ayuntamiento de Reus y la Diputación de Tarragona. En unas negociaciones todavía para cerrar, la idea sería establecer un convenio de prestación de servicios.

Precisamente, otra fuente de ingresos tiene que venir para el alquiler y explotación de la Sala Santa Llúcia, con capacidad paraunas 200 personas y bien equipada al ser la última inaugurada en la ciudad. De hecho, la entidad cuenta con reservas para los próximos meses y está cerrando diferentes actos e iniciativas. «Nos estamos moviendo mucho», concluye Vallès.

Aumentar la masa social

En este contexto, la Hermandad de Sant Isidre y Santa Llúcia también está trabajando con una campaña para ampliar la masa social, con el objetivo de sumar nuevos socios y atraer una franja de edad más joven. «El 80% de socios tienen más de 60 años», apunta al presidente de la entidad, recordando que los socios cuentan con bonificaciones a la hora de asistir a los espectáculos programados y pueden participar en actos de la entidadparaSemana Santa y otras festividades o participar gratuitamente en los cursos del Grupo Santa Llúcia.

La entidad también quiere promover campañas de mecenazgo y buscar nuevas colaboraciones con particulares, empresas o entidades del territorio.

El origen de la situación que vive la Hermandad se remonta al 2 de abril del 2002, cuandola sede de la entidad, en propiedad y en uno de los inmuebles más antiguos de la ciudad en el número 34 del Arrabal Robuster, se hundió por las obras en el solar del lado y se optó por levantar de nuevo el edificio, con una promoción de pisos encima de la sede del local, origen, también, de los problemas.

Un decalaje en las escritures porun problema con el elevador del parking fue el primer obstáculo, al cual se sumaron otros, como los problemas con las filtraciones de agua y con la dirección de la obra, que hicieron aumentar el coste final.

En total, se invirtieron 1,2 millones de euros en el nuevo edificio, inaugurado en el 2007. Después de amortizar una parte con la venta de los pisos, la Hermandad de Sant Isidre y Santa Llúcia, sin embargo, acabó firmando una hipoteca superior a la prevista, de la cual restan 14 años y unos 300.000 euros de la cual, según las últimas cifras.

Más allá de la Sala y el espacio de exposiciones, La Germandat de Sant Isidre y Santa Llúcia acoge también la actividad de seis entidades: un grupo dirigido a los chiquillos y a los jóvenes, una asociación de fotografía, una coral y grupos de teatro.