Vecinos del barrio Fortuny denuncian ocupaciones incívicas
La asociación vecinal tiene contabilizados unos 40 inmuebles habitados de forma ilegal a toda la zona, 23 más que hace cuatro años
Hace años que los vecinos del BarriFortuny lidian día a día con los empleos|ocupaciones. «No son ocupaciones por necesidad» declara Pepita Roig, presidenta de la AssociacióVeïnal Amics del BarriFortuny. El claro ejemplo, según explica Martín, vecino de la zona y miembro de la asociación, es el chalet ubicado en la avenida Pintor Fuster número 40 y que actualmente es propiedad de una entidad bancaria. Ahora mismo está tapiado, después de que lo intentaran ocupar varias veces. Tal como han explicado desde la entidad, quien tiene la necesidad de ocupar un inmueble para poder vivir no ocupa un chalet de grandes dimensiones con piscina incluida. «Las personas que necesitan una casa no buscan un chalet. Los que lo ocuparon también han ocupado otros pisos de la zona», insiste el vecino. Mucha de la gente del barrio conoce quien entra de forma ilegal a los pisos y denuncian que no lo hacen de forma cívica.
Los principales problemas de la mayoría de las ocupaciones del barrio Fortuny son la suciedad, las peleas, el ruido, sobre todo a altas horas de la noche, y el tráfico de drogas. «En el bloquede delante donde vivo está casi todo ocupado constantemente hay peleasy tráfico de drogas, lo vemos constantemente», asegura Josefa, a otra vecina afectada, que añade «a mí lo que más me preocupa es todo el tráfico de drogas que hay».
Entre todos los vecinos colaboran a avisar de cualquier ocupación, y la Associació Veïnal Amics del Barri Fortuny tiene detectada una cuarentena de inmuebles, entre pisos, chalets y adosados, habitados ilegalmente. «Es como una mancha de aceite que se va extendiendo», declara Encarnado. Y es que, tal como explica, hace cuatro años sólo tenían contabilizados 17.
Las consecuencias
Los vecinos se encuentran con varios problemas que vienen a raíz de este tipo de ocupaciones. La suciedad que generan algunos de los que ocupan ha provocado, según explican a la presidenta de la asociación y Martín, que reventaran cañerías y se embolsaran las alcantarillas. Las reparaciones o la contratación de servicios especializados «las tienen que pagar los vecinos que quedan». «I después se pide que haya limpieza en las calles, que no haya bichos o cucarachas ni agua por las calles» critica a Pepita Roig. Además, la imagen del barrio cada vez es peor, las fachadas están muy mal. «Ya denunciamos a la Guardia Urbana y a Mossosd'Esquadra que se estaban llevando o aplastando puertas y ventanas de algunos edificios», señala a la presidenta vecinal. Es el caso, por ejemplo, del bloquede pisos número 4 de la calle Milà i Fontanals, en la zona de los BloquesMassó, donde la madrugada del 12 de abril se produjo un incendio.
Josefa también explica que en el bloque|bloc de delante donde reside «no hay luz; sólo hay dos personas que paguen», ya que la compañía eléctrica ha dado de baja su suministro. En cambio, esta gente sí tiene.
Desde la entidad vecinal, también denuncian que la mayoría de estas personas y grupos de familias «incívicas» ya tienen antecedentes. Entre todos, lo que más critican es la degradación del barrio y, especialmente, de las viviendas antiguos y de las calles próximas. Quieren dejar claro, sin embargo, que no están en contra de todos las ocupaciones, solas las que repercuteixxen en los vecinos.
Las principales preocupaciones
Lo que más preocupa a los vecinos es la inseguridad que oyen|sienten. «La gente tiene miedo a marcharse de casa un tiempo y que al volver se encuentren la casa ocupada o que se metan justo al lado» asegura Encarnado. La mayoría de la gente que vi es personas mayores que han vivido toda la vida en esta zona «y tienen miedo de las represalias si dicen o hacen alguna cosa».
Desde la asociación de vecinos se encuentran con el problema que «lo sabemos porque nos lo dicen los vecinos pero no sabemos como probarlo». Pepita Roig afirma que saben de contratos ilegales en estos inmuebles, gente que ocupa un piso y después lo alquila. La entidad denuncia todas estas prácticas y siempre que ven algún hecho llaman automáticamente a los cuerpos policiales. «No decimos que no haya efectivos policiales o que no hagan su trabajo, vienen siempre que los llamamos, pero quizás haría falta otro tipo de medidas», argumenta la presidenta.