La figura del Toda más internacional aún deja mucho por descubrir

Catalogar al personaje de Eduard Toda como una figura «polifacética» no es una exageración. «Es de aquellos personajes fascinantes pero desconocidos». Así lo definía el delegado territorial de cultura de la Generalitat, Jordi Agràs, durante la presentación de la exposición a Eduard Toda i Güell (1855-1941): De Reusal món. Esta nueva muestra, que se enmarca dentro del año Toda, se divide en cinco grandes bloques, que coinciden en las grandes etapas de la vida del ilustre reusense.

El historiador Jaume Massó, que ha dedicado gran parte de su tiempo a investigar la figura de Toda, explicaba que era un personaje «brillante pero fallaba en el dibujo». Eso lo llevó a hacer a un «amigo complementario», como Antoni Gaudí, durante su etapa por el instituto. Uno era versado en la palabra y de grandes ideas y el otro era capaz de ilustrarlas.

De Reus a la China como vicecónsul

Con sólo 21 años, Toda ya fue nombrado vicecónsul y trasladado a Macao, China. Allí se encargaba de las cuestiones económicas, pero su afán de conocimiento lo llevó a visitar el país, así como Japón y Filipinas. Allí donde iba conseguía objetos de colección, como es el caso de una cota de malla filipina, propiedad del Centre de Lectura y que se puede ver a la exposición.

El gran egiptólogo catalán

Sin duda, porlo que es más conocido Toda es porsu estancia en Egipto, también como vicecónsul. Allí colaboró activamente con entidades arqueológicas y fue el primer egiptólogoendescubrir una tumba intacta y «encargarse de su vaciado e inventario», explicaba Massó.

La tercera parte de la exposición permite ver la estancia del reusense en el Alguer, dónde hizo gran difusión de su cultura y literatura. Eduard Toda acabó siendo Cónsul General, y al retirarse de esta profesión dio todas sus medallas al Santuaride Misericòrdia. Además, hasta hace poco todavía estaba vigente el manual oficial del derecho consular de España que escribió, así como un reglamento general para la jurisdicción consular.

Reconstrucción de Escornalbou

Con el dinero que había recogido a lo largo de los años como cónsul y delegado en el Reino Unido por una naviera española, compró el monasterio de Escornalbou para reconstruirlo a su gusto, dejando elementos y referencias de sus viajes. Despuésde vivir allí yde ser conocido como «el señor de Escornalbou», lo cedió al l’Arquebisbat de Tarragona y se retiró a Poblet, «su sueño de juventud», lo restauró e hizo que volvieran los monjas. Todo este repaso biográfico, lleno de objetos y libros de Toda, se puede ver en la exposición al Museude Reus hasta el 7 de enero del 2017.