Los propietarios de perros, a favor que se sancionen las conductas incívicas
Cala el mensaje incluido a la nueva Ordenanza de Civismo sobre la obligación de recoger inmediatamente los excrementos de las mascotas
La Guardia Urbana ha levantado, en los últimos dos años y medio, un total de 384 actos relacionadas con la tenencia de animales. Más de dos tercios de estas, hasta 270, motivadas para no recoger deyecciones de perros en la calle. Propietarios de mascotas están al día de la nueva Ordenanza de Civismo, que entraba en vigor el pasado viernes después de superar sin alegaciones el periodo de exposición pública. En concreto, del artículo 22 del texto, vinculado al apartado de normas de conducta y que regula el papel de «perros y otros animales en la vía pública». En general, y después de meses de endurecimiento de la política municipal hacia los actos de incivismo relacionados con animales de compañía, los que los pasean en diario ven con buenos ojos que se sancionen actitudes que «llevan a ensuciar los espacios públicos». También la presencia de agentes de la policía local, uniformados o bien de paisano, para vigilar el cumplimientode la normativa y actuar en caso de que esta se esté vulnerando.
La obligación de mantener las mascotas atadas –que se recoge a la Ordenanza sobre Tenencia de Animales– o los límites establecidos a la hora que los perros no puedan entrar en edificios e instalaciones públicas son las medidas más protestadas, a menudo, al entender a los propietarios que tendrían que aplicarse vinculadas a cada caso específico y al comportamiento del propio animal. La mayoría, sin embargo, las cumplen porque «si se ha establecido así, no hay más. El debate se tendría que haber abierto antes de poner la norma». En detalle, el documento de la nueva Ordenanza de Civismo especifica que «las personas que paseen animales de compañía y las personas propietarios o poseedoras de estos animales tendrán que evitar que defequen en la vía pública o en cualquier espacio de uso público, y que hagan sus micciones en las fachadas de los edificios o al mobiliario urbano» y apunta que «en caso de que no se pueda evitar la defecación, se tendrán que recoger inmediatamente los excrementos, que se colocarán en bolsas de plástico u otros envoltorios impermeables cerrados y se depositarán preferentemente en el contenedor de rechazo o excepcionalmente en la papelera más próxima». Entre en enero y en julio de este año, la Guardia Urbana ha pillado a una treintena de propietarios que no se hacían cargo de las deyecciones de sus perros y el Ayuntamiento anuncia que destinará más efectivos de paisano para controlar el incivismo relacionado con animales de compañía.
Entre los 600 y los 1.200 euros
Los importes de las sanciones vinculadas a la tenencia de animales varían en relación al tipo de conducta y a la tipificación de la infracción en cuestión como leve o grave. Así, la nueva Ordenanza de Civismo contempla multas de 600 euros para «acceder a los edificios o las instalaciones públicas con animales», siempre a no ser que se trate de perros de asistencia. Si los dueños «no recogen inmediatamente las defecaciones de los animales de compañía en las vías o espacios públicos», la infracción está tipificada al texto como grave, y puede costar hasta 1.200 euros.
¿Qué opina de la regulación del papel de los animales en la vía pública? — Désirée Martínez (23 años) «Me parece bien que se multe para no recoger los excrementos, es una responsabilidad cuando uno tiene un perro y no puede ser que se ensucien las calles así. A mí no me han llegado nunca las bolsasque reparte el Ayuntamiento, pero sí que hay instaladas papeleras». —Jonathan Mendoza (32 años) «Hay que controlar, por higiene, que los dueños recojan aquello que los perros ensucian. Pero hay otras obligaciones, como la de llevarlos atados, que no veo correctos. Si el animal no es peligroso y me aseguro de que no molesta, por qué lo tengo que llevar con una correa?». —Raquel Cano (13 años) «A menudo, la Guardia Urbana pasa por el parque de perros y vigila que todo está bien, pero no he visto nunca multar a nadie. Estoy de acuerdo en que se haga porque no se tiene que ensuciar la calle pero seguro que hay otras cosas más graves y no se multan con cantidades tan altas». -Ángel Monroy (38 años) «Todo es cosa de la situación y de cada caso. Las sanciones para no recoger los excrementos me parecen perfectas. El tema del bozal es otra cosa. ¿Si el perro no es agresivo, por qué le tengo que poner? También depende del agente: hay que avisan e informan y otros que multan».