Una mujer quiere evitar que el excompañero, acusado de abusos, vea a su hija
La madre pide que se suspendan las visitas al punto de encuentro mientras no se dicta sentencia sobre los hechos, denunciados en el 2013
Una vecina de Reus que denunció en el 2013 asu expareja por abusos hacia la hija reclama que la pequeña, de la cual tiene la custodia y que tiene que acudir semanalmente a un punto de encuentro para cumplir con el régimen de visitas determinado con el padre, no lo tenga que seguir viendo al menos hasta que no se dicte sentencia sobre el caso. Rosario Hernández, que a la espera de resolución está obligada desde el año pasado a dejar a la niña durante dos horas de la tarde de los sábados para que mantenga el contacto con su progenitor, argumenta que la situación está teniendorepercusiones para el estado de salud de la menor, que tenía tres años y medioen el momentoderecurrir a la justicia y que ahora «se despierta gritandoporlas noches y tiene problemas para controlar los esfínteres cuándo sabe que le toca ir a ver a su padre».
Los hechos están siendo investigados en el juzgado de instrucción número 2 de Tarragona, según apunta la mujer, la cual, ante «la petición de Fiscalia que se archive el caso» ha hecho públicas sus circunstancias y, con el apoyo de algunas entidades sociales reusenses, ha convocado una concentración mañanaen elMercadalpara pedir lo que considera un «cambio necesario, lógico y clavepara el bienestar» de su hija.
Con todo, y esperanzada que la presión popular laayude a obtener aquello que reclama, Rosario decidió no acudir la semana pasada a la cita de los sábados en «la primera vez» que no cumple con el programa de visitas y consciente que «eso podrá traermesanciones y puede acabar en prisión pero lo prefiero antes que seguir haciendo pasar por eso a mi hija, que está emocionalmente destrozada y a quien no se está teniendo en cuenta en todo eso». En un periodo anterior, en que la niña también había faltado a las visitas por enfermedad, «una vez se mejoró, se la veía de maravilla, era otra. Aportamos informes médicos y una pericial de los forenses que recomendaba que la situación familiar continuara igual, pero él reclamó que no se estaba cumpliendo el régimen de encuentros y la tuve que volver a llevar». La mujer ya había presentado denuncias anteriormente contra su ahora expareja «por maltrato psicológico, pero se pasó a una cuestión civil de pareja y únicamente lo condenaron por injurias, porque me insultaba continuamente».
Es por eso que «la única cosa que pido es que esta persona esté alejada de mi hija como mínimo hasta que el juezresuelva alguna cosa sobre los abusos, que sé que existieron,» apunta Rosario Hernández, que dice que «sólo quiero proteger a mi hija porque se están vulnerando sus derechos cuando lo que tendría que pasar es todo lo contrario». En el punto de encuentro, siempre según la versión de la mujer, «oigogritar a la niña desde el otro lado de la puerta y me siento impotente porque allí también se redactan los informes sobre la relación de ella con el padre y conmigo y no reflejan lo que pasa». Después de estos tres años «sin respuesta por parte de la justicia» la madre ha cambiado de representación para mirar «que se acelere alguna cosa».
Concentración en el Mercadal
«Sin saber exactamente dónde acudir, porque yo ya no pensaba que hubiera ninguna salida más y la niña corre peligro», Rosario Hernández ha encontrado a través de las redes sociales el apoyode particulares y de algunas entidades y colectivos de la ciudad que han colaborado en convocar una concentración para pedir una solución a estas circunstancias. El encuentro está programado, tal como se ha ido anunciandoestos días a través de las redes sociales, paramañana sábado en el Mercadala partir de las doce del mediodía.