Parte del actual mobiliario de la plaza Catalunya será aprovechado en la remodelación

La segunda fase de las obras de remodelación de la plaza Catalunya, que arrancará en octubre con la finalidad de «renovar la distribución y el uso del espacio público» en torno al monumento dedicado a Joaquim Bartrina, reaprovechará parte del mobiliario urbano que actualmente equipa el lugar. El proyecto incluye una partida para «inventariar, retirar y restaurar cada uno de los elementos existentes» y prevé «la reutilización» de los mismos «siempre que su estado, una vez restaurados y pintados, no desmerezca el acabado final de la obra». Y es que retirar uno de estos elementos, según detalla el mismo pliegue, supone para el Ayuntamiento una inversión de sólo 7 euros, mientras que su vuelta a la vía pública, después de recuperar su estado óptimo, representa una inversión próxima a los 17 euros, siempre teniendo en cuenta mano de obra y maquinaria.

Así pues, retirar y volver a incorporar a la calle, por ejemplo, un pilón, requiere un esfuerzo de 24 euros todo incluido, con la restauración aparte. Siguiendo con el caso del pilón, adquirir una nueva, del tipo fija, tiene un coste aproximado de entre los 80 y los 600 euros, al que habría que sumar todavía el importe de la colocación. Con respecto a mobiliario urbano, el proyecto de la segunda fase de las obras de remodelación de la plaza Catalunya contempla la posibilidad de reaprovechar desde los mismos pilones hasta bancos o papeleras y tendrá que encargarse del cambio de las piezas que no son de propiedad municipal, como los buzones de correos.

Las obras, centradas en renovar la distribución y el uso del espacio público suceden una primera intervención presupuestada en unos 145.000 euros y que concluía en julio del 2015 habiendo dado «protagonismo a los peatones por encima de los vehículos con aceras anchas y a un solo nivel para dar continuidad al vuelco de arrabales y que se pueda pasear sin interrupción entre el arrabal del Pallol y el arrabal de Santa Anna», según apuntaban fuentes municipales. En este nuevo tramo de la reforma que tiene que arrancar en octubre, se actuará sobre unos 1.100 metros cuadrados priorizando que se mantenga el tráfico a pie.

Soterramiento de contenedores

Otro de los puntos relevantes que reúne el proyecto de remodelación pasa por el soterramiento de la isla de contenedores que hasta ahora ocupa uno de los laterales de la plaza. La intención los recipientes a pie de calle por unos de aspecto y funcionamiento similar a los que pueden encontrarse en otras zonas de la ciudad como la plaza Prim. Entre otras cosas, y tal como concreta el mismo documento, tomar esta medida serviría para ganar en «estética, higiene, accesibilidad y seguridad». Se da el hecho de que, en la oleada de crema de contenedores que este 2016 está afectando ya más de una setentena de recipientes de la basura, todas las piezas donde se ha prendido fuego son contenedores de superficie.

Las obras se dirigirán a eliminar el carril de circulación y sus usos –aparcamiento, carga y recogida de residuos– y que todo el espacio quede a un solo nivel, «si bien se admite la circulación de vehículos en dirección a la calle del doctor Robert y el arrabal de Santa Anna. Se instalarán pilones fijos y móviles para evitar el aparcamiento descontrolado de vehículos y regular el acceso. Al mismo tiempo, las aceras y la zona de la plaza se pavimentarán con piedra natural. Se destinará, según figura en el mismo documento, que se encuentra ahora en fase de exposición pública, un total de 272.023 euros: hasta 244.309 cubrirán el grosor de las obras y los 27.714 restantes servirán para restaurar el monumento a Bartrina, ya terminado.