Antonio Martos acusa al Estado de silenciar la muerte de su hermano en 1973 en Reus

Antonio Martos ha declarado, este martes por la mañana, durante casi una hora ante el Juzgado de Instrucción número 4 de Sabadell, a requerimiento de la jueza argentina María Romilda Servini de Cubría, que instruye la causa por crímenes de genocidio y lesa humanidad cometidos durante el franquismo.

En su declaración testifical, Antonio Martos relata el momento en que su madre le hizo saber que Cipriano había muerto el 17 de septiembre de 1973. Hacía meses que la familia había perdido su rastro, ya que Cipriano, que militaba en el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), actuaba desde la clandestinidad en Reus.

Días después de un reparto de propaganda delante de una fábrica textil en Igualada, Cipriano Martos fue detenido por la Guardia Civil el 25 de agosto de 1973 y estuvo cerrado en el cuartel de Reus hasta que, después de dos días de interrogatorios, tuvo que ser ingresado en estado grave en el Hospital de Sant Joan con el aparato digestivo abrasado por un líquido corrosivo. En su piso, los agentes habían encontrado justamente ácido sulfúrico, uno de los componentes para fabricar cócteles molotov.

Prácticamente incomunicado, sin que nadie avisara de su situación a la familia y con una pareja de guardias civiles vigilándolo permanentemente en el hospital reusense, estuvo agonizando durante 21 días, hasta que murió por una perforación de estómago.

Las autoridades informaron entonces de su muerte a la familia en Loja (Granada) y la madre, Francisca Jiménez, con dos hermanos de la víctima, Juan José y Manuel, fueron urgentemente a Reus con intención de recoger el cadáver para enterrarlo en su tierra natal.

Según el relato expuesto, este martes, por Antonio Martos ante la jueza, al llegar al Hospital de Sant Joan para comprobar si el cuerpo de Cipriano todavía seguía allí, la madre y los dos hermanos se toparon con una pareja de agentes de la Guardia Civil que les cortaron el paso y los echaron «a patadas» de allí.

Una vez realizada la autopsia, el cadáver fue enterrado, sin la presencia de ningún familiar ni abogado, en una fosa común en el cementerio de Reus el 20 de septiembre de 1973, según consta en el registro del propio cementerio.

A la salida del juzgado de Sabadell, Antonio Martos ha denunciado que «ningún gobierno» en España, ni durante la dictadura franquista ni en los años posteriores, ha «facilitado» que se investigue este caso, lleno todavía de interrogantes sin resolver: «No han dejado ir más allá». Para romper este silencio impuesto por el Estado en torno a la muerte de su hermano, ha dicho, «ha tenido que venir una persona de fuera», en referencia a la jueza argentina María Romilda Servini de Cubría, y finalmente «se están entreabriendo las puertas» de un caso que el Estado español «había tenido cerradas con cerrojo y llave». «Lo único que quiero es que reconozcan el daño que han hecho», ha afirmado Antonio, cuya declaración ante el juzgado de Sabadell será enviada ahora a la Argentina para que la jueza Servini lo adjunte a la querella presentada por él en relación con este caso.

Desde la plataforma de apoyo a los impulsores de las querellas por crímenes del franquismo ante la justicia argentina, esperan que la jueza Servini exija a la Guardia Civil que facilite los nombres de los agentes que estaban en el cuartel de Reus. Para Felipe Moreno, exmilitante del FRAP y uno de los activistas de la plataforma, el hecho de que, más de 43 años después, Antonio Martos haya podido relatar en un juzgado las circunstancias en que murió su hermano es «histórico»: «Hemos roto el silencio», ha dicho.

Delante de las puertas del juzgado se han reunido decenas de activistas por la memoria histórica y excompañeros de partido de Cipriano Martos, como Francisca y Julia García Lorite, que coincidieron con él en sus inicios de militancia, en Sabadell.

Cipriano Martos, nacido en Loja en el seno de una familia de campesinos pobres, emigró de Andalucía a Sabadell en 1969 y se estableció en el barrio de Ca n'Oriac, donde entró en contacto con el Partido Comunista de España (marxista-leninista), que en 1971 promovió la formación del FRAP.