Problemas técnicos obligan a Borges a apagar el reloj de la plaza Prim
El anunciante desconecta la pantalla para evitar «dificultades a la lectura» de los mensajes mientras el instalador no resuelva la avería en el mecanismo
Después de un par de semanas parpadeando, el reloj de la plaza Prim se ha apagado a la espera de que se resuelvan los problemas técnicos que, a lo largo de estos últimos días, no permitían distinguir nítidamente en la pantalla las informaciones sobre la temperatura y la humedad al municipio ni tampoco la indicación de la hora. La marca que se anuncia desde el pasado mes de septiembre como relevo de Coca-Cola, la reusense Borges, ha tomado la determinación de desconectarlo mientras el instalador no lleve a término una reparación necesaria para evitar «dificultades a la lectura» de los caracteres led, tal como apuntan fuentes de la misma empresa.
Se da la circunstancia que precisamente estas cuestiones técnicas sobrevenidas habían provocado que el reloj no pudiera mostrar, tal como acostumbra a hacer desde la llegada de Borges, los mensajes en apoyo al CF Reus en su debut a la Segunda División ni «los que mostramos, por ejemplo, cuando son fiestas», tal como concretan las mismas fuentes, que añaden que «desde el inicio hemos tenido problemas ajenos a nosotros y que han ido a más». Ante la avería, Borges se ha puesto en contacto en varias ocasiones con «el fabricante y el instalador» del reloj con el fin de resolver las circunstancias que no permiten el correcto funcionamiento. Sin embargo «como la solución no llegaba y todavía esperamos que se intervenga, hemos decidido que era mejor no mantenerlo en marcha si no se podía leer, y apagarlo mientras no se resuelven los problemas técnicos. Tanto el instalador como el fabricante han dado una respuesta insatisfactoria a nuestras repetidas solicitudes de reparación».
Según las cifras que trascendieron en el momento en que Borges accedió al espacio publicitario de la parte superior del reloj, el cual dejaba vacante Coca-Cola a consecuencia de un «cambio de rumbo de la política de marketing» de la multinacional y después de haber sido desde la década de los 80 como un emblema de ciudad, anunciarse tiene un precio que oscilaría entre los 8.000 y los 9.000 euros anuales. Con todo, el reloj volverá a ponerse en marcha «cuando pueda hacerlo con normalidad», concluyen fuentes de Borges, que lamentan que no se haya trabajado todavía con el fin de corregir el problema técnico y no han podido fijar una fecha concreta para el reencendido.
Desde septiembre
El establecimiento de la empresa alimenticia de producción y comercialización de frutos secos y aceite a la parte superior del reloj de la plaza Prim se materializó el pasado 20 de septiembre del 2015 en medio de una gran expectación a pie de calle. Desde el 15 de abril, el espacio publicitario lucía un cartel donde podía leerse que el reloj se encontraba «disponible» para un nuevo anunciante con el adiós definitivo de la marca Coca-Cola.
La colocación del nuevo cartel, que también está iluminado durante las noches y que exhibe únicamente el logotipo de la empresa, tuvo lugar un domingo, dos días después de que Borges hiciera público, a través de un comunicado enviado a los medios de comunicación, el alquiler del espacio publicitario. Muchos aprovechaban para tomar fotografías del momento del relevo. El momento del encendido, después de la intriga, vino incluso acompañado de algunos aplausos entre los curiosos que habían seguido la instalación desde la plaza Prim durante la mañana, justo cinco meses después de que se viera por última vez el reloj adornado con la publicidad de Coca-Cola. La actividad de Borges en la ciudad donde está presente desde 1957, actualmente da ocupación a más de 400 personas entre las dos plantas industriales, oficinas y otros.