Las Germanes Clarisses elaboran una nueva galleta con avellana de Reus

Prácticamente dos años después de poner en marcha el obrador que supuso, para las Germanes Clarisses, la transición del hilo y la aguja a la pastelería, la comunidad está de estreno. Al horno del monasterio de Santa Clara ha empezado a entrar, esta semana, una nueva receta de galleta, elaborada con avellana de Reus y que culmina la voluntad de las clarisas de dar lugar a un dulce «creado por nosotros y con producto de la tierra». Acertar la combinación precisa entre azúcar, harina, mantequilla, huevos y avellanas no fue trabajo sencillo. Y es que «hicimos diferentes pruebas y las probamos antes de encontrar la definitiva, la que realmente tenía el sabor que nos gustaba».

A lo largo de toda una mañana, las encargadas de esta dulce labor pueden llegar a hornear hasta 500 galletas, las cuales ellas mismas encajan antes de ofrecerlas en venta en dos formatos diferentes: una caja de veinte unidades que tendrá un precio de 9,50 euros y una bolsita de seis dulces, al precio de 2,90 euros. Comprarlas será posible, a partir de este mismo jueves, en el mismo monasterio de Santa Clara pero también en la Catedral de Tarragona y en la Llibreria Catòlica de la calle Sant Llorenç. Hasta ahora, sólo las propias hermanas las han comido, y un grupo de familiares que coincidió de visita mientras la comunidad iba ajetreada en la creación. Los que lo hagan de aquí en adelante, a buen seguro que no quedarán decepcionados con estos dulces que añaden una nueva variedad a las cuatro que ya ajustaban las Germanes Clarisses en su incursión en la pastelería, la cual había arrancado con galletas de mantequilla, de coco, de anís e integrales.

Las primeras unidades

Son habitualmente tres las monjas que se dedican de forma llena a esta tarea, surgida con la idea de «contar con un trabajo continuo que nos pudiéramos organizar nosotras mismas y que fuera a nuestro ritmo», apunta una de las hermanas. La elaboración empieza con la masa. Una vez refrigerada, se le da forma en diferentes porciones que serán las galletas, se coloca una avellana en lo alto de cada una de ellas y se pone la bandeja al horno. Quince minutos después y dos más de adicional para compensar la diferencia de calor dentro del horno, terminado. Y sólo falta encajarlas para poder disfrutarlas. La nueva receta se estrena esta Navidad en el obrador de las Germanes Clarisses, pero se mantendrá de manera que se pueda disfrutar durante todo el año. De momento, y después de tres días de trabajo, las primeras galletas con avellana de Reus están ya a punto.